Ironías del destino. Elisa Carrió y Julio De Vido, dos de los dirigentes más enfrentados por la política argentina, están unidos por un festejo en común, el de su cumpleaños. La diputada nacional sopló 61 velitas este martes 26 de diciembre, el mismo día que el exministro de Planificación llegaba a los 68 años. Pero lo hicieron en contextos muy distintos: Lilita recibió una catarata de saludos en las redes sociales que la llevaron a ser "trending topic" (uno de los temas más comentados) en Twitter, mientras que el referente kirchnerista protestó por las condiciones a las que se ve sometido en prisión.
"Hoy, en mi cumpleaños 68, sólo pudieron visitarme algunos de mis familiares y no pudo ingresar ningún amigo (seguramente por directivas de Patricia Bullrich, fiel intérprete de la línea editorial de Clarín) para compartir la torta que trajo mi esposa", lamentó De Vido a través de su cuenta de Twitter, que maneja su familia mientras él se hospeda en Marcos Paz. "Sin ningún privilegio y en iguales condiciones que el resto de los reclusos", agregó.
El exfuncionario luego se dedicó a una de las actividades clásicas del kirchnerismo: discutir con los medios. "Desmiento haber recibido trato especial alguno para las fiestas, como falsamente busca instalar Clarín. El 24 a la noche nos dieron un asado frío, al igual que al resto de los 2.000 reclusos del penal de Marcos Paz", sostuvo.
"Con las mentiras habituales y el escarnio hacia mí, Clarín solo busca generar odio en el resto de los reclusos, dando falsamente a entender que recibo un 'trato especial'. El personal del Servicio Penitenciario Federal nos trata a todos por igual", concluyó De Vido.
Muy distinta fue la situación de Carrió, que respondió a los saludos en redes con un video en Twitter: "Les mando un beso grande, feliz año nuevo, estoy re vieja, 61 es mucho, pero bueno, acá estamos; los veo en marzo, yo creo que hasta marzo no me ven", bromeó.