A tono con los movimientos electorales, los empresarios se volcaron a comprar mesas en la cena para recaudar fondos organizada por Mauricio Macri. En la nómina aparecen algunos que hasta ayer parecían identificados con el oficialismo. El éxito de la convocatoria se tradujo en el cambio de salón que debió ensayarse sobre la marcha para poder ampliar la convocatoria de ejecutivos que invirtieron $ 500 mil por cada una de las 248 mesas que tendrá el encuentro.
El ágape está convocado en el Pabellón Amarillo del Predio de La Rural y en el macrismo se esperanzan con recaudar alrededor de $ 110 millones para la campaña. Cada mesa tendrá diez sillas y en el macrismo no esperan la presencia de “peces gordos” del empresariado que quieran exponerse públicamente. Se sabe que muchos apoyan a varios candidatos a la vez. La comida se servirá en un sector cerrado que tiene 80 x 135 metros (10.800 metros cuadrados de superficie), el más grande del predio.
El Pabellón Amarillo cuesta $ 192.600. A eso hay que sumarle otros gastos para la presentación. El costo total de la cena se estima que rondará entre $ 10 y $ 12 millones.
Entre los empresarios que se vieron interesados, hay de todo. Desde banqueros hasta otros vinculados a la construcción. Desde pymes hasta grupos de amigos. Según explican en el sector empresarial, ninguno de ellos ha comprado lugares con su nombre y apellido sino a partir de terceros, amigos o empresas ligadas que no son contratistas del Estado.
Las grandes empresas no llegan a un tercio de la convocatoria: serían menos de cien. Aunque en el PRO no quisieron dar nombres, PERFIL pudo averiguar que Jorge Brito, el dueño del Banco Macro, fue uno de los interesados. Brito armó un vínculo muy cercano a Sergio Massa, pero mostró su interés por Macri.
Otro interesado fue Santiago Riva, quien habría comprado dos mesas. Riva fue el artífice del Metrobus de la 9 de Julio. También habría comprometido su aporte IRSA, la constructora de Eduardo Elsztain, una de las más grandes del país. En el mismo lote de empresas grandes, directivos vinculados a Roggio estarían presentes en una de las mesas.
Por su lado, Fernando Yuan, flamante candidato a legislador porteño por el PRO y referente de la Cámara Argentino-China, acercó a cuarenta empresarios orientales que compraron cuatro mesas con su patrocinio. Yuan es el mayor exportador de productos argentinos a China, principalmente los vinos Catena Zapata.
Sobre el zar del juego, Cristóbal López, surgió la versión de que había adquirido una mesa a través de amigos. En el PRO lo negaron tajantemente. Cristóbal había puesto sus fichas a Daniel Scioli, pero en los últimos días envió señales a Macri. También hay versiones cruzadas sobre Techint. Los directivos de la empresa no se expondrán públicamente aunque, se asegura, habrá un aporte económico. Además, se anotaron empresarios del sector minero, aceitero, farmacéutico y del transporte.
También hay pymes del interior y unas setenta mesas con grupos de empresarios amigos, muchos vinculados al G25, el grupo que animan los ministros Esteban Bullrich y Guillermo Dietrich y el influyente Nicolás Caputo.