El papel a veces zigzagueante de Carlos Menem en el Senado sigue siendo materia de análisis. En 2005, cuando juró para ocupar su cargo parlamentario, fue blanco de la broma más cruel: por considerarlo "mufa", el entonces presidente Néstor Kirchner, sonriente, se tocó uno de sus testículos.
Sin embargo, esa relación - enfriada por las posiciones ideológicas de los Kirchner, duros críticos de las políticas de los '90 - ha tenido idas y vueltas en la Cámara alta. Y ese vínculo se convirtió en un tema para el diario El Mercurio, de Chile. "Ambos son peronistas y el movimiento político predominante de Argentina es más que todo flexible", destaca el medio, y agrega: "Ahora Kirchner y Cristina Fernández, su esposa, aliada y sucesora, parecen haberse asociado de nuevo con su viejo enemigo".
El Mercurio destaca que durante este año Menem no votó por ninguna iniciativa del FPV, pero aclara que el 15 de julio el ex presidente, "un estrecho aliado de la Iglesia Católica, no asistió a una ajustada votación que aprobó el matrimonio homosexual, lo que ayudó a los Kirchner a conseguir una gran victoria".
"El hecho de no asistir es continuar con un patrón de faltar a votaciones o de abstenerse en éstas donde un 'no' habría derrotado al FPV", publica uno de los matutinos más leídos en el país vecino, que repasa otras polémicas decisiones de Menem: “En febrero su ausencia le negó a la oposición el quórum necesario para hacerse cargo de la mayoría de los comités del Senado. Dos meses más tarde, su abstención permitió la confirmación de la polémica candidata de (Cristina) Fernández para la presidencia del Banco Central”, Mercedes Marcó del Pont.
El Mercurio también consideró las desmentidas oficiales de cada uno de los bandos. Sin embargo, agrega que Menem tiene buenas razones para ayudar a los Kirchner: "En primer lugar, al ser un voto fluctuante, el senador ha aumentado su importancia y poder en el estamento. Además, enfrenta una andanada de casos judiciales, entre éstos las acusaciones de suministrar armas a Croacia y Ecuador y de obstruir la investigación sobre un atentado terrorista en 1994 contra un centro comunitario judío. Los Kirchner probablemente podrían retardar algunos de estos procedimientos".
El análisis no deja librado al azar las elecciones del año próximo y deja entrever las intencionalidades políticas de un posible acuerdo entre los Kirchner y Menem: mientras se espera que Kirchner compita por el sillón de Rivadavia, Menem trata "de ganarse el apoyo del mayor número posible de facciones del movimiento". "Abandonar sus críticas a la "década infame" de Menem tal vez sea un sacrificio necesario para obtener la nominación", concluyó el matutino.
