Para el Gobierno, la primera gira europea del presidente Alberto Fernández fue exitosa y no solo porque se haya conseguido el respaldo de los líderes que visitaron –cuyo efecto se verá a futuro– sino, en esencia, porque se consiguió el primer objetivo que se habían planteado: exorcizar (otra vez) al peronismo de los fantasmas que lo persiguen en el exterior.
“Nunca estamos fuera del mundo. Eso fue usado como una acusación para la política interna del gobierno anterior”, negó el canciller Felipe Solá, en declaraciones a la TV Pública, al aterrizar ayer proveniente de París. “El mundo siempre nos mira y depende mucho de cuál es nuestra actitud. Nosotros no tenemos ninguna duda de que el mundo es pragmático, pero además responde y necesita que le digan la verdad”, añadió.
Solá calificó la gira de “excelente” por haber cosechado “confianza respecto a las intenciones del Gobierno”. Y destacó la sorpresa de los mandatarios y funcionarios de Italia, Francia, Alemania y España cuando les explicaban la crisis que atraviesa la Argentina. “Hubo gente que vino al G20 en 2018 y se fue pensando que la economía argentina andaba muy bien”, sostuvo.
Antes de retornar, el propio Fernández había ponderado como uno de los mejores resultados de la gira el haber desmantelado la idea del aislamiento voluntario. Sin ello, sostienen en el entorno presidencial, habría sido imposible conseguir el aval político de esos gobiernos europeos que, en su conjunto, equiparan el poder de voto de Estados Unidos en el Fondo Monetario Internacional.
Por supuesto, esto no implica descuidar el diálogo con Washington, que la Rosada mira con optimismo pese a cierta tensión que subsiste respecto a Evo Morales. En diálogo con radio El Destape, el enviado ante EE.UU., Jorge Argüello, se refirió al vínculo al que aspiran, a un día de presentar sus credenciales en el Salón Oval. “La relación de Macri con el gobierno de EE.UU. fue de alineamiento acrítico. Nosotros iniciamos un buen diálogo con las distintas áreas del gobierno a partir de una identidad, una relación muy nueva”, sostuvo el único de los embajadores políticos en funciones con un nombramiento en comisión.
En Ezeiza, Solá celebró la forma como Trump recibió a Argüello. También se refirió a Francisco cuando reclamó por los países con pesadas deudas, en medio de la gira. “El Papa siempre estuvo muy preocupado por las cuestiones de la deuda externa y la relación entre ese endeudamiento y la fuga de divisas en algunos países, en especial el nuestro, como factor fundamental para empobrecer a la Argentina”, puntualizó.