El acto del 20 de noviembre próximo, convocado por la CGT contra las amenazadas "desestabilizadoras", se asimila más a una demostración del poder sindical de Hugo Moyano, según vienen dando cuenta las últimas declaraciones de Juan Belén, adjunto del camionero y titular de la UOM. Siguiendo con sus dichos de ayer, en los que acusó a la izquierda de desear que el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner no concluya, defendió el modelo gramial y criticó a la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), a la que calificó de "zurda loca manejada desde afuera".
Esta mañana, a los gritos, le dijo a radio América que la marcha del 20 será para mantener el modelo sindical y también en apoyo al Gobierno nacional, informó la agencia de noticias DyN, que agregó que exaltado, le pidió a los periodistas que no mientan y que cuenten que con el kirchnerismo en el poder "se pagó la mitad de la deuda externa, hay 46 mil millones en el Banco Central, la desocupación bajó de 25 a ocho por ciento y se crearon dos millones de puestos de trabajos".
Belén, quien ayer había separado a Eduardo Duhalde (en campaña con miras a 2011) del ranking destituyente, al calificarlo como un demócrata, dejó entrever que más allá de defender al Gobierno, lo que se respaldará el 20 es el poderío de la CGT, como la única central sindical reconocida por el Estado, a pesar de la insistencia y trayectoria histórica de la CTA, aún no reocnocida por el Gobierno.
En diálogo con Perfil.com, Pedro Bosesco, Secretario de la CTA, eludió ir al cruce de Belén, pero manifestó que "a esta altura cualquiera que vive en la Argentina tiene claro que la CTA tiene alcance nacional". Bosesco sostuvo que "mucha preoocupación por ese tipo de declaraciones [como la de Belén] no tenemos" y adelantó que seguirán adelante con su reclamo para que haya "libertad sindical y se democraticen las organizaciones".
En ese sentido, negó que la CTA vaya a participar de la movilización de la CGT en defensa del Gobierno y al hablar de los rumores de "desestabilización" fue tajante: "Cada vez que hubo un retroceso democrático tuvo apoyo de sectores políticos, la Iglesia y algunos cuerpos sindicales. Etamos en contra de cualquier intento" que ponga en peligro la democracia, fundamentó.