Aunque la performance global de la izquierda fue pobre, con sus representantes reuniendo poco más del 4 por ciento de los votos, la nota positiva la dio el cineasta y ex diputado nacional Fernando "Pino" Solanas, que cosechaba para presidente el 1,60 por ciento de los sufragios y, en Capital, la reelección del diputado nacional Claudio Lozano.
El desempeño general de la izquierda superaba por muy poco al de 2003, cuando las fórmulas obtuvieron -sumadas- el 3,26 por ciento de los sufragios para la presidencia. No es la primera vez que la izquierda se ve sacudida por una debacle electoral. Pero hasta ahora los jefes partidarios parecieron desestimar el mensaje de las urnas. Alguno, para evitar adaptar proyectos e ideas, hasta pudo apelar a espejismos: la referida hegemonización del espacio y la siempre profetizada agudización de la crisis del sistema capitalista.
La realidad, en cambio, marca que pese a la complejidad de la historia política y social, la Argentina carece de una fuerza
de izquierda de peso y ni cuenta con un bloque de ese sector que gravite en el Congreso Nacional. Y parece lejos de conseguirlo en breve.
Ni siquiera los ex diputados Patricia Walsh y Luis Zamora, quien en su paso por el recinto de la Cámara terminó peleado con sus compañeros de bloque, intentaron esta vez. Las figuras propuestas en su mayoría fueron desconocidas para el electorado.
Este domingo cinco fueron las fórmulas, de origen o autodefinidas de izquierda, que compitieron por la presidencia: Vilma Ripoll-Héctor Bidonde (MST-Nueva Izquierda, que obtenía el 0,55 por ciento); Néstor Pitrola-Gabriela Arroyo (PO con el 0,50 por ciento); José Montes-Héctor Heberling (FITS); 0,46 por ciento); Luis Amman-Rogelio De Leonardi (FRAL, comunistas y humanistas, alcanzaba el 0,44 por ciento); y Raúl Castells-Nina Pelozo (MIJD, el 0,26 por ciento).
En cambio, Solanas, acompañado por Angel Cadelli, con un proyecto de centroizquierda, cierto halo peronista y la propuesta de recuperar para el Estado Nacional las riquezas estratégicas como el petróleo y la minería, logró en poco tiempo tocar alguna fibra de parte del electorado.
A otros en cambio ni siquiera les alcanzó con la exposición mediática o las habilidades danzantes de su esposa, para alcanzar un sitio más expectante en los comicios.