Libia está en llamas. Literalmente: mientras continúan las protestas que reclaman la renuncia de Muamar Kadafi -que lleva 41 años en el poder-, los manifestantes incendiaron y saquearon varios edificios gubernamentales, entre ellos el Parlamento y la sede de la televisión estatal. 60 personas murieron por la represión en las protestas de ayer, lo que elevó el número de víctimas fatales a 233 desde el 17 de febrero. Los manifestantes ya tomaron el control de ciudades como Zauia y Benghazi, obligando a la policía a huir.
En tanto se supo que hay únicamente en ese país unos 60 ciudadanos argentinos, ninguno de ellos turista, quienes no han sufrido problemas graves hasta el momento, pese al recrudecimiento de las protestas contra el gobierno de Muhamad Khadafi que ya han llegado hasta la capital, Trípoli.
"Varios de ellos han partido y otros están abandonando el país. La mayor parte trabajan en empresas petroleras y de construcción multinacionales y están bastante bien contenidos por sus compañías", señaló el encargado de negocios de la embajada argentina en Libia, Javier Mario García en una comunicación con radio El Mundo.
El diplomático, el único que tiene ese rango en la embajada y sección consular que está abierta en la capital de Libia, buscó llevar "tranquilidad a las familias de los ciudadanos argentinos" y señaló que "estamos bien, incluido un ejecutivo argentino que trabaja en una petrolera en Bengasi, pero que ya está en Trípoli para salir".
No obstante, aclaró que, debido a la situación de recrudecimiento de la violencia "que anoche llegó a la capital con intensos tiroteos, comisarías quemadas y edificios públicos atacados", la embajada recomendó a los argentinos "que salgan lo menos posible y que se queden en sus domicilios".
También señaló que "estamos con bastante dificultades con los teléfonos y con Internet cortado durante buena parte del día, pero todavía podemos recibir por satélite las cadenas Al Jazeera y la BBC"
