Tanto con Juan Domingo Perón en 1974 como con Raúl Ricardo Alfonsín en 2009, el pueblo argentino se presentó espontáneamente para despedir a sus líderes. No sólo justicialistas o radicales dijeron presentes, sino también ciudadanos sin activa militancia. El historiador Mario "Pacho" O´Donnell habló con Perfil.com y dio su opinión al respecto.
Si bien la concurrencia popular fue similar, O´Donnell también advierte diferencias, sobre todo en el contexto de la Argentina: "La muerte de Perón fue teñida de mucha tristeza que tenía que ver por la desaparición de alguien muy amado, pero también por una sensación colectiva de que después de esa muerte venía el diluvio. Los conflictos del país se dirimían a tiros y en formas de crueldad" explicó el historiador. "La sensación que imperaba era que Perón era el único que podía contener eso. Luego de su muerte vino la Triple AAA y la dictadura".
En cambio, según O´Donnell, "la repercusión popular por Alfonsín tiene que ver con la muerte de alguien muy querido, pero además es un mensaje muy claro al político y funcionario" comentó. Luego agregó que la gente quiere que "nuestros políticos se parezcan a Alfonsín, sean tolerantes, respeten al adversario, sus virtudes que hoy están ausentes".
Yrigoyen y Evita. O´Donnell compara los funerales de los líderes del radicalismo y el peronismo con otros dos acontecimientos históricos en la historia nacional: las muertes de Hipólito Yrigoyen y Evita Perón. Sobre el primero, explicó que "murió en un gobierno militar que buscó lograr que nadie vaya al funeral. A pesar de eso fue una muchedumbre que expresaba el deseo de volver a las urnas, que el pueblo se exprese, que es lo que logró Yrigoyen".
En cuanto al de Evita reconoció que "fue un gran funeral" ya que "los sectores populares intuyeron que su muerte iba a provocar una crisis del peronismo. Que habían terminado los mejores tiempos".
Hipocresía. Al funeral de Alfonsín se acercaron políticos de todo el país sin importar los colores partidarios. Muchos de ellos incluso fueron acérrimos enemigos del ex presidente fallecido. O´Donnell criticó esto porque "hemos asistido a declaraciones de gente exaltada por la tolerancia de Alfonsín en boca de intolerantes. Gente que habló por su vocación de libertad de expresión y cuando tienen una nota en contra piensan que hay enemigos a eliminar. O hablan de la honestidad cuando hay sospechas de su corruptela"
"Hay algunos que fueron sus enemigos que están hablando maravillas de él, que no deberían haber ido si tenían vergüenza, algunos muy responsables de lo que le pasó a Alfonsín", aseguró el historiador.
No lo dejaron. En cuanto al personaje que ya se convirtió en mito, como es la figura del ex presidente, Pacho tuvo una reflexión particular: "Pertenece a esas grandes personalidades que no le dejamos hacer lo que querían hacer". En ese sentido, expresó que "se parece a Frondizi e Illia, personajes que idolatramos cuando fallecen pero que cuando gobernaron no los dejamos trabajar".