La sesión especial para tratar la reforma previsional en la Cámara de Diputados quedó levantada esta tarde, ante la protesta de legisladores opositores que pedían no debatir la polémica iniciativa que dispone cambios jubilatorios.
Al argumentar que no se cumplía con el reglamento, entre gritos e insultos, los diputados pedían suspender el debate apenas comenzado, en medio de una encendida discusión sobre el quórum. Lo llamativo es que el oficialismo consiguió el los legisladores necesarios para sesionar por unos minutos, con 129 presentes. Pero, según denunció la oposición había legisladores que aún no habían jurado como Jorge Enríquez, aunque luego Eduardo Amadeo lo negó.
Ni bien la pantalla marcó el qórum, Emilio Monzó, presidente de la Cámara quiso comenzar la sesión, pero la oposición se negó. Mientras tanto seguía la represión en la calle, por lo que distintos legisladores comenzaron a pedir que la sesión se levante.
El debate continuó con cada vez más tensión y hasta hubo legisladores de la oposición que quisieron sacarle los micrófonos a Monzó. Cuando la discusión ya no llegaba a ninguna parte, Graciela Camaño le dijo al oficialismo que desista, ya que no tenía los votos necesarios.
Elisa Carrió recogió el guante ante el clima de tensión y reclamó: "Pido que levanten esta sesión escandalosa". "Vamos a ganar la votación, será esta semana o la otra, la vamos a ganar", bramó la diputada nacional por la Coalición Cívica - ARI.
Con un clima imposible para debatir, Lilita le solicitó al presidente levantar la sesión por el clima de violencia que se vivía, tanto dentro como fuera del recinto. La legisladora advirtió que iban a ganar la votación "esta semana o la otra" y la sesión quedó levantada.