Encuentro en el Vaticano | De qué hablaron Cristina y el Papa Francisco
Mantuvieron un encuentro público por casi dos horas, con intercambio de regalos incluido.
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El encuentro entre la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el papa Francisco en el Vaticano, a las12.00, hora argentina, fue privado durante unos pocos minutos y público durante casi dos horas. La reunión se realizó en el estudio del aula magna de la sala Paulo VI. Charla e intercambio de regalos.
Federico Lombardi, vocero de la Santa Sede, informó mediante un comunicado que el encuentro "fue cordial", y agregó: "La señora presidente quiso una vez más manifestar el afecto y la cercanía del pueblo argentino al Papa y pedir la bendición para todos sus compatriotas".
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La mandataria por su parte, tuvo unas palabras con la prensa para detallar la reunión: "Hablamos de dos temas de Argentina: uno fue la remodelación de la Basílica de Luján y el otro, el del traslado del sable del general San Martín realizado durante los festejos de la Semana de Mayo. Lo del sable del San Martín le pareció fantástico por la revalorización de la historia y la patria para todos los argentinos”.
La comitiva que acompañó a Cristina en su viaje estuvo integrada por el canciller Héctor Timerman, el secretario de Culto Guillermo Oliveri, el secretario de Comunicación Pública, Alfredo Scoccimarro y embajador Eduardo Valdés, quienes durante la reunión con el Papa esperaron en una sala contigua al salón del encuentro.
Al igual que en los cuatro encuentros anteriores, Francisco y la presidenta intercambiaron regalos. Esta vez, la jefa del Estado le obsequió un cuadro del beato Oscar Arnulfo Romero, de Eugenio Cuttica, una copia del Martín Fierro; dos bajorrelieves (uno de la Virgen de Luján y otro del Papa); y una canasta con productos regionales argentinos, entre otros presentes. Francisco, por su parte, le regaló una copia del siglo XI de un ícono de la Virgen de la Ternura de la catedral de Vladimir.
La presidenta permanecerá en Roma hasta el martes próximo, donde recibirá un premio especial que la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentacion (FAO) otorga a los países que lograron cumplir las metas fijadas en 1996 para el 2015 con el fin de reducir el hambre y la desnutrición.
