“Cuando vas a 200 kilómetros por hora todo el tiempo es lógico que agarres una curva y te la pegues”. Así hablaban en las últimas horas en el PRO de las críticas de Patricia Bullrich a la sanción de un proyecto que prohíbe los desalojos por diez años en barrios populares, votado incluso por su propio bloque de legisladores. Sus declaraciones hicieron estallar el chat de whatsapp de la bancada, generó diálogos cruzados en el partido para descargar broncas y pedir explicaciones, e incluyó un llamado de Mauricio Macri a la candidata presidencial.
El reproche generalizado fue que Bullrich, a través de los diputados más cercanos, no haya planteado en la previa la discusión sobre cómo había que votar esa iniciativa, que modifica una norma impulsada por el gobierno de Cambiemos en 2018 para avanzar en procesos de urbanización de las villas. “¿A quién defendemos? Esto hay que explicarlo”, con esas palabras en un tuit se desencadenó el problema. Es que no solo fueron 39 los diputados del PRO que quedaban apuntados por su mensaje sino que algunos están trabajando con ella en su campaña 2023, como Laura Rodríguez Machado, Luciano Laspina, Federico Angelini, Hernán Lombardi, Sabrina Ajmechet, entre otros. Gerardo Milman, su principal espada en Diputados y vice del bloque, se levantó a la hora de votar ese proyecto. Después volvió.
“Es un síntoma de la falta de equipo, y eso genera falta de previsibilidad”, sostenía un dirigente macrista, apuntando a una de las críticas que más tiene que escuchar Bullrich y su entorno. Las diputadas Silvina Lospennato y Victoria Morales Gorleri, del sector de Horacio Rodríguez Larreta, fueron de las que más enojadas se mostraron en el chat grupal. Otros las siguieron. Los más duros llegaron a plantear que su objetivo era “romper el PRO”, la misma medicina que recibió Facundo Manes una semana antes cuando criticó a Macri.
"Venía muy ordenado el espacio y esto fue un golpe", dicen cerca suyo
Algunos de los que están trabajando con Bullrich lamentaban el episodio, porque consideraban que había sido “innecesario”. Así como destacan que su olfato le permite salir rápido a marcar posiciones, en este caso consideran que los daños generados fueron altos. “Venía muy ordenado el espacio y esto fue un golpe”, afirmaba uno de los consultados. Aunque intentaba bajar la espuma: “Nada que no se solucione”.
El propio Macri, en comunicación telefónica, le habría transmitido, según las fuentes consultadas, que su posición era válida pero si la hubiera planteado antes. En declaraciones a Radio Rivadavia, Bullrich ratificó su postura y dijo que ella ya había cuestionado la ley cuando fue impulsada por su gobierno. “Tenemos que marcar una línea clara, de qué lado estamos. Si estamos con la propiedad privada, entonces no podemos avalar las usurpaciones”, insistió.