La apuesta es instalar un debate al que el sindicalismo se viene resistiendo desde hace décadas. Facundo Moyano prepara una serie de spots para promocionar su proyecto de ley de reforma sindical, que busca “democratizar” el gremialismo al que pertenece su propia familia, y adelanta en esta entrevista los puntos de la reforma que generarán la resistencia de los gremios más poderosos.
El diputado y dirigente del gremio de peajes, que acaba de abandonar el bloque del Frente para la Victoria, apunta a la estructura de los gremios históricos y tiene el apoyo de su padre. Hugo Moyano, jefe de la CGT opositora, no podría estar más complacido: los gremios más afectados podrían ser sus históricos enemigos.
—¿Reconoce que hay una crisis en el sindicalismo?
—En la Argentina hay un replanteo en la forma de organizarse sindicalmente. Tenemos el nivel más alto de sindicalización del continente, no sólo de América latina. Pero en la Argentina hoy hay más sindicatos simplemente inscriptos que sindicatos con personería gremial, como los que integran la CGT. Si no discutimos el modelo sindical, vamos a terminar con mayor atomización.
—¿Está de acuerdo con el unicato?
—Sí, es lo que llamamos la unidad promocionada. Creo que el gremio con mayor representatividad, mayor cantidad de afiliados, debe seguir siendo el que tenga el poder de negociar colectivamente los salarios y condiciones laborales. Tienen que tener mejores y más facultades. Pero también queremos que los gremios de la misma rama con menos afiliados o simplemente inscriptos puedan tener delegados con estabilidad gremial, el poder de defender derechos individuales, o representar a un trabajador frente a una situación particular. Un mejor sindicalismo significa mejor trabajo.
—¿Qué busca cambiar su proyecto en la práctica?
—Los estatutos de los gremios tienen trampas. Hay más restricciones para ser secretario general de un sindicato que para ser presidente de la Nación. La idea es que se establezcan las condiciones para que compitan las minorías en las elecciones internas. Hay gremios cuya junta electoral, que controlan la elección, la eligen los que gobiernan; gremios que ganan seccionales porque hacen votar a los jubilados y a los empleados del sindicato.
—Moyano es secretario general desde hace más de veinte años. ¿Qué dice su padre sobre el proyecto?
—El coincide. Yo insistí mucho con este proyecto y lo discutimos. A mi viejo se le pueden criticar muchas cosas, pero sigue en la pelea, y Camioneros no tiene ninguna lista que se fue del gremio y formó otro.
—La CGT oficial y miembros de la CGT de Moyano no están de acuerdo con su proyecto. ¿Cómo piensa lograr el consenso?
—Tenemos que dar la discusión. Este sindicalismo le hace muy mal a la Argentina. ¿Por qué no se puede tocar el modelo sindical? Yo no tengo problema de discutir con la CGT, la CTA. Hemos afrontado consecuencias impagables por el mal sindicalismo. Me conformo con que el proyecto sirva para abrir el debate.
—Los gremios de la CGT temen que si se toca el modelo sindical el sindicalismo se atomice y se debilite frente a las empresas.
—La falta de democracia es lo que produce la atomización del movimiento obrero. Cuando las líneas internas opositoras a la conducción de un gremio no encuentra la posibilidad de pelear el liderazgo del sindicato en elecciones internas es cuando forman sus propios gremios. Por eso se produce la atomización, varios sindicatos por empresa.