La ampliación de sectores exceptuados de la cuarentena en estudio retoma algunas propuestas de la industria, el comercio y también de los trabajadores. Tras la reunión con Alberto Fernández del viernes y de cara a los encuentros que comenzarán el martes entre empresas y trabajadores, junto con el Ministerio de Salud, se prevé habilitar sectores que puedan ser proveedores de insumos básicos para las industrias que ya están en marcha, para garantizar la producción de esos sectores como alimentos, higiene personal, limpieza y medicamentos.
El titular de la Uocra, Gerardo Martínez, destacó la posibilidad de retomar obra pública. La propuesta del gremio es que se habilite el trabajo en los sectores más alejados de los centros urbanos para evitar grandes movilizaciones de personas. También en la UIA confían en que habrá posibilidad de sumar proveedores como las plantas de propileno, plásticos y cartón, entre algunos de los sectores que complementan a través del packaging a los bienes básicos.
Desde el sector del comercio se acercó la propuesta de permitir la apertura de los negocios por sectores y por días, según explicó el titular de Fecoba, Fabián Castillo. “Se piden aperturas moderadas, ver cómo se puede ir abriendo poco a poco la economía”, indicó. Las alternativas para el comercio serán foco de discusión. Las librerías, por ejemplo, nucleadas en Capla, pidieron que se las habilite para proveer de útiles a los chicos que están estudiando en sus casas o papelería a las farmacias y otros comercios esenciales.
Por lo pronto, el Gobierno se aboca a garantizar el reclamo compartido por los sectores productivos: la apertura de los bancos con atención al público –pero con atención acotada– para resolver los reclamos de las pymes, que no llegan a acceder a los créditos blandos que anunció el Gobierno porque no tienen carpetas en los bancos.
Según analizaron economistas esta semana, el contagio inevitable afecta no solo las cuentas fiscales sino también en los indicadores sociales. “Habrá impacto en la tasa de pobreza”, señaló la economista Roxana Maurizio en un debate organizado en Zoom por el Instituto Interdisciplinario de Economía Política. “Es difícil precisar el impacto, pero el 40% de los trabajadores ocupados tiene algún nivel de riesgo”. En el caso del empleo precario y los que trabajan por cuenta propia, hay cinco millones de personas en peligro, a lo que se suma “el efecto multiplicador por la caída de la demanda a partir de la falta de ingresos”. Se trata de un escenario donde las más afectadas son las mujeres.
“Se necesita un diálogo interdisciplinario para evaluar los trade-off y los dilemas e idear una estrategia focalizada de salida”, aseguró el economista Sebastián Katz. El riesgo que comparten en el Gobierno, los sectores productivos y de trabajadores y la academia es que la cuarentena, sin ciertas flexibilidades, termine rompiéndose por el eslabón más débil, el que vive con ingresos diarios y que se monitorea a través de Desarrollo Social.
Asistencia a empresas
El Gobierno se reunió ayer para avanzar en la asistencia a empresas, en medio de reclamos por la falta de acceso a las líneas de crédito para pagar sueldos. En ese contexto, apuntaron a coordinar la entrega de Repros –el programa de reproducción productiva del Ministerio de Trabajo– y también las facilidades a través de la Administración Federal de Ingresos Públicos.
Los funcionarios reconocen el impacto en las empresas pero mantienen la idea de una salida gradual. Esta semana, el FMI también advirtió que para que la economía se recupere hay que salir de la pandemia. En el Gobierno, en tanto, aclaran que no se le pidieron recursos extra al FMI, por lo que hay margen para paliativos.