POLITICA

Cómo es "el infierno" que viven en la universidad del clan Othacehé

Nuevos testimonios se sumaron a la denuncia de Perfil.com sobre la situación del instituto educativo.

La universidad Nacional del Oeste, en medio de un conflicto sin retorno.
| Cedoc

"Hola, vi la nota de lo que pasa en la Universidad Nacional del Oeste (UNO) y quería contarte que tenemos miedo". "Leí el artículo, yo aún espero mi título universitario". "Gracias por contar lo que pasa, los no docentes trabajamos con candados en las puertas". Mensajes de este tipo se multiplicaron en cuestión de minutos, cuando Perfil.com dio a conocer la alarmante situación que atraviesa el instituto que dirige Martín Othacehé, hijo del exintendente de Merlo, Raúl Othacehé.

Este portal se contactó con todos los que escribieron y los testimonios muestran la desolación, el miedo y el pedido de ayuda al ministerio de Educación de la Nación que conduce Esteban Bullrich.

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"Soy trabajadora no docente y me indigna saber que dicen que trabajamos con normalidad", comenzó su relato una empleada. "Me desempeño en el área de Recursos Humanos y desde que asumió el nuevo director (Jorge Leaño, excandidato en la lista de Othacehé) trabajamos rodeados de patotas, violencia institucional. La estamos pasando muy mal", resumió.

Otro trabajador relató a Perfil.com la supuesta presencia de matones: "Cuando perdieron la elección, la fuerza de choque del exintendente fue dada de alta en la facultad". "Están dando vueltas por el instituto y vivimos amenazados", sostuvo. La misma persona agregó que hace más de 20 días comenzaron a mandar cartas al ministro, pero el miedo a la represalia es cada vez mayor. "Los que aún no fuimos despedidos tenemos miedo. Vivimos un infierno", contó.

Quien si dio nombre y apellido fue Aldana del Pozo, directora expulsada hace tres semanas. "Fui despedida arbitrariamente el 23 de marzo junto a otros compañeros no docentes", denunció. Y aseguró a este portal que "Othacehé me persigue políticamente por pensar distinto, por oponerme a sus patotas y negarme a hacer 'la vista gorda' frente a los nombramientos masivos de ñoquis que pertenecían a la ex estructura municipal".

La exdirectora acudió a la Justicia porque, según dice, fue amenazada verbal y fisicamente "por parte de la madre del rector, Mónica Arnaldi", sostuvo.

Las denuncias se multiplicaron: "Cuando el 10 de diciembre se va Othacehé, entró una cantidad impresionante de gente sin profesión a la universidad, ñoquis con sueldos altísimos y que no van a trabajar. Como empezamos a opinar comenzó una persecución política", detalló. ¿Qué pasó después? "Entraron patotas que nos visitan de sorpresa en las oficinas al grito de '¡acá está todo bien, ¿no?!'. Un día nos tiraron pastillas de gamexane en la oficina porque supuestamente había ratas".

También se puso en contacto una egresada de la Licenciatura en Gestión Educativa, que, al igual que sus compañeros, nunca recibió el título correspondiente: "Nunca pude recibir mi diploma, como así tampoco el certificado analítico o su constancia de trámite"." Este hombre nos perjudica a todos porque lo único que le interesa es su propio beneficio económico", afirmó la mujer que, al igual que el resto de los estudiantes, pidió expresamente no dar a conocer su nombre en la nota.

Madelaine Sobot trabaja hace cinco años en la UNO y denunció que soportan presiones constantes por parte de las autoridades. Además, describió que "se viven jornadas de trabajo en un clima muy tenso y practicamente no hay nada para hacer". A través de un correo, relató un desmanejo total: "Está todo frenado porque han sacado a la gente que sabía hacer las cosas. No sé cuanto más se aguantará la situación". Este portal llamó durante dos días al rector, que no atendió los llamados.

(*) De la redacción de Perfil.com.