San José es un hermoso pueblo a 13 kilómetros del la capital catamarqueña, pero la calma lugareña ha volado en pedazos hace unos meses, en el marco de una crisis institucional que parece no tener fin.
La intendente "original" Mónica Deolinda Hernández fue suspendida por el Concejo Deliberante, acusada de corrupción y Rosario Marcial fue el reemplazante interino, hasta que finalmente recibió el poder el concejal Pedro Lagoria, también en medio de acusaciones y denuncias cruzadas. El insólito cuadro de situación llevó a que, a fines del año pasado, el pueblo llegara a tener tres jefes comunales el mismo día.
Lo cierto es que la crisis sigue, y fue en ese marco de agravios personales que se publicó una foto comparando al concejal justicialista Claudio Quinteros con un mono. El tema fue informado por catamarcaya.com y no sólo agrega leña al fuego lugareño, sino que casi cruza el límite de la discriminación. Trascendió en San José que Quinteros analiza recurrir a la Justicia por el agravio, que adjudican a seguidores de la suspendida intendente Hernández. Todo, en un pueblo de menos de 3 mil habitantes.