Fueron las reuniones en las que se gestó la Unión de Naciones Suramericanas las que lo animaron a indagar en el presente, y especialmente, el pasado de los mandatarios del continente. Por entonces, Daniel Filmus se desempeñaba como ministro de Educación, y asistió a la cumbre con la idea de que iba a tratarse de un encuentro muy formal.
Pero no fue tan así: según recuerda, no sólo el trato entre los presidentes estaba lejos de ser acartonado, sino también su modo de vestir. “Sólo la mitad usaba corbata; el resto, ropas típicas o trajes de fajina”, dice el ahora senador porteño.
Esa impresión que le dejó la conferencia lo hizo preguntarse por los orígenes que sellaron los destinos políticos de cada uno de ellos. “Quedé muy impresionado por la diversidad que teníamos en la región, por la variedad de luchas que colmaban esa mesa”, cuenta.
“Así me di cuenta que en esas reuniones se codeaban un obrero metalúrgico, un campesino, dos médicos, un obispo... Personas que no recurrían a títulos honoríficos para dirigirse a un par, sino que preferían utilizar la palabra ‘compañero’ o ‘compañera’, que no provenían de familias aristocráticas, y que se parecían mucho a la gente que los había elegido para que los gobernara”.