“Yo pido que tu empresa se vaya de mi país”, cantaba en 2005 León Gieco. La letra de una canción centrada en el desarraigo y el maltrato hacia los inmigrantes en los países del Primer Mundo, se aplica hoy en otro contexto, signado por el rechazo de los pueblos cordilleranos a la explotación minera a cielo abierto, como ha sido el caso de la riojana Famatina, o las catamarqueñas Belén y Andalgalá.
Esta vez, y muchos años más tarde de haber estrenado el tema, es el mismo cantante que vuelve a imaginar la situación vivida por los pobladores, pero a la inversa.
En defensa del folclorista Raly Barrionuevo -envuelto en una confusa polémica en la que se acusa a la TV Pública de haber censurado su presentación en el Festival de Cosquín cuando difundía imágenes sobre la lucha contra la minería a cielo abierto- Gieco cuestionó las operaciones de las multinacionales (de origen canadiense) en la región.
“El Raly y Bruno Arias son como mis hermanos menores. Yo confío en ellos”, apuntó Gieco, que no dudó en cuestionar al Gobierno nacional sobre su posición en torno a la arrasadora actividad minera en La Rioja. “Lo que tenés que hacer con el Gobierno es criticar lo que hacen mal. Esto de las mineras viene enganchado de la época del menemismo y es muy difícil sacarlas”, opinó.
El exabrupto no se hizo esperar: “Vamos a ver si a los putos canadienses les encanta que vayamos a joderlos a ellos”, exclamó.
