Ningún gobernador argentino, ni siquiera Néstor Kirchner en su momento de mayor popularidad en su Santa Cruz natal, ha conseguido lo que Gildo Insfrán. El mandatario formoseño no sólo ha logrado mantenerse intacto en el poder tras 16 años, sino que, además, es el único político argentino que gana elecciones fuera del país.
Así, el caudillo de Formosa trasciende cualquier límite imaginable, incluidas las fronteras limítrofes, en este caso el río Paraguay. Gracias a su ayuda, el intendente de la ciudad paraguaya de Alberdi, Jerónimo Sotelo Collante, alcanzó su deseada reelección en noviembre de 2006. Y la ayuda no fue un mero gesto de apoyo sino elementos concretos: puso a disposición del dirigente del Partido Colorado todo su aparato electoral para que le brindara la logística necesaria para triunfar en las urnas.
"Políticamente nos ayudó bastante en equipos interesantes, ¿verdad? Como móvil, combustible, en la ayuda de operadores políticos y esto es un tema interesantísimo, porque se ve que ellos tienen una voluntad bárbara para seguir ayudándonos", dijo sin reservas a una radio formoseña el intendente paraguayo reelecto tras ser reelecto.
Para el senador radical Luis Petcoff Naidenoff, se está en presencia "prácticamente de pactos transparentados de manejo electoral en la zona de frontera" y afirma que "el intendente de Alberdi se debe a cierto grado de reciprocidad con Insfrán en función de que le ha dado ayuda". Es decir, la política como una devolución de favores.
Cuando se le preguntó a Sotelo Collante si iba a devolver la "gentileza" de Insfrán, el mandatario guaraní no dudó: "Por supuesto" ya que "eso es el trabajo político... el trabajo de aquel político agradecido... es la manera en que vamos a poder cubrirnos", admitió. Sin embargo, a Insfrán no lo hizo falta: en su re-reelección triunfó cómodo, como siempre, con el 72,8% de los votos, con 60% de diferencia con el segundo, el candidato de la UCR.
*Redactor de Perfil.com.