A la hipótesis planteada por Agustín Rossi, titular de la AFI, se sumaron este miércoles las declaraciones de Gabriela Logatto, presidenta de la Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA), quien aclaró que la entidad a cargo de la seguridad aeroportuaria decidió aprobar el segundo aterrizaje del avión venezolano “por una cuestión humanitaria”: la aeronave con destino a Montevideo llevaba, según Logatto, 1:40 hora sobrevolando el Río de la Plata y, gradualmente, comenzaba a "perder autonomía de vuelo".
Las autoridades de Uruguay notificaron que el Boeing 747-300M de Emtrasur no estaba autorizado a circular sobre su espacio aéreo cuando la aeronave ya había despegado de Ezeiza y llevaba más de una hora y media suspendida sobre el Río de la Plata. "Posterior a eso, su autonomía no le permitía seguir orbitando y decide volver al aeropuerto del cual había despegado que era Ezeiza y nosotros lo que hacemos es guiarlo hasta el aterrizaje", explicó la máxima autoridad de EANA.
"Estuvo una hora cuarenta en nuestro espacio aéreo esperando autorización para proceder a Montevideo y la autoridad uruguaya, en ese momento en que estaba en el aire, nos comunica a nosotros, como proveedores del servicio y que teníamos la operación crítica en el momento, que no puede proceder al espacio aéreo uruguayo. Orbita y el piloto es quien define en definitiva a qué aeropuerto va a dirigirse. Dice: ‘Voy a Ezeiza, que era el aeropuerto de donde había despegado’“, comunicó Logatto a Noe Barral Grigera y Gabriel Sued, en el marco de la entrevista brindada a IP Noticias.
Con respecto al primer aterrizaje, fuentes confirmaron a Infobae que el avión contaba con "todas las autorizaciones internacionales para volar rutas aéreas dentro de los países miembros de la OACI (Organización de Aviación Civil Internacional)”, especificaron. Asimismo, se mantuvo "procedimentalmente todo correcto en todas las autorizaciones tanto para ingreso como para el resto de los viajes. Cuando va a Uruguay sale con autorización de la Dinacia, el organismo de Uruguay de aviación, y cuando está por aterrizar no se lo permiten, por ende los planes de vuelo son autorizados ya que Uruguay da el ok”, aclararon ante el medio citado.
Si bien desde el Gobierno insistieron en que el avión jamás estuvo retenido, el juez que había prohibido la salida de la tripulación avanzó este miércoles con dicha medida.
"Un avión en vuelo es algo crítico"
A pesar de que tanto Shell como YPF se negaron a cargar combustible debido a las represalias de EEUU., la empresa que mantenía el control de la "operación crítica" brindó la asistencia necesaria para que el Boeing 747-3B3(M) mantuviera un vuelo seguro.
"Cuando decimos ‘controlamos’, es porque damos el servicio de control de tránsito aéreo, brindamos un servicio a todos los usuarios del espacio aéreo argentino. O sea, nuestra jurisdicción es básicamente guiar a los aviones en el aire y darles el aterrizaje y la salida de cada uno de los aeropuertos. Después hay otros organismos competentes dentro de la jurisdicción aeroportuaria que se dedican a diferentes tareas de fiscalización, regulación y control de Policía”, expuso la titular de EANA.
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Por otra parte, Logatto criticó a la empresa encargada de la seguridad aérea de Uruguay, dado que a su entender tendrían que haber rechazado el ingreso al aeropuerto de Montevideo antes de que el avión despegara desde el aeropuerto de Ezeiza.
“Un avión en vuelo es algo crítico, o sea, la aeronave en vuelo tiene que aterrizar en algún aeropuerto sea lo que suceda, después, en tierra, se hacen todas las observaciones y las penalidades que le puede caber por no estar ajustado a la reglamentación vigente, que no fue el caso de este avión, porque nosotros no tuvimos alertas antes de que despegue el último vuelo a Montevideo de que esta nave podía llegar a tener algún tipo de observación sobre la operación que estaba realizando. Porque tanto la autoridad argentina nacional como la uruguaya habían aprobado este vuelo”, agregó Gabriela Logatto.
“Nunca se apagó el transponder"
A su vez, ofreció una versión congruente con las declaraciones del ministro de seguridad Aníbal Fernández, al ratificar que en ningún momento el piloto mantuvo apagado el transponder.
“Nunca se apagó el transponder. Eso no sucedió nunca. La aeronave estuvo siempre con transponder activado. Existe un protocolo técnico, un protocolo procedural para el caso que falle el transponder, porque puede fallar en cualquier aeronave, pero no sucedió en este vuelo", aseguró Logatto. y agregó: "EANA dio servicio a esta aeronave en todos los trayectos, en todo momento le dimos el servicio de vigilancia radar porque el transponder de la aeronave funcionó permanentemente, y fue captado por nuestros radares de manera normal y habitual”, observó.
CA/ED
