En la puerta del Sanatorio Los Arcos, la expectativa por el estado de salud del ex presidente
Néstor Kirchner, operado ayer de una obstrucción en la carótida derecha, crece minuto a minuto.
Temprano, su médico personal, Luis Buonomo, tranquilizó a
los militantes apostados en la entrada: "El doctor Kirchner cursa sus primeras horas pos
operatorias evolucionando satisfactoriamente, con todos sus parámetros vitales
normales", dijo escueto.
Lo cierto es que en Los Arcos, después de la tarde-noche convulsionada de ayer, se disparan un sinnúmero de especulaciones sobre el desfile de funcionarios, amigos y
demás que pasaran hoy por el sanatorio para llevarle ánimo al hoy diputado nacional por el Justicialismo.
El helicóptero presidencial, que trasladó a Cristina hasta el lugar, permanece estacionado en
el helipuerto de Los Arcos, y
esta mañana, después de las 10 llegó Máximo Kirchner con su novia. El hijo del matrimonio K,
fundador de la agrupación La Cámpora, se
confundió de estacionamiento al arribar y cuando salió para reingresar por otra entrada fue captado
por las guardias periodísticas. Florencia, la hija menor, todavía no dijo presente hoy.
En la puerta, hay fuertes rumores de que hoy pasarán por allí el polémico secretario de
Comercio Interior, Guillermo Moreno, y el empresario y amigo de Néstor Kirchner, Lázaro Báez,
con quien el ex presidente maneja el hotel Alto
Calafate. Mañana pasaría a saludarlo la
militante jujeña Milagro
Sala, líder de la organización barrial Tupac Amarú. Nadie les asegura
que puedan ver a Kirchner: ayer Luis D´Elía, un incondicional, fue hasta el sanatorio y le
prohibieron la entrada.