1. Abogados frustrados. Máximo comenzó a estudiar Derecho pero dejó la carrera, luego intentó volcarse al periodismo sin suerte, y hoy maneja las propiedades familiares. Jean Sarkozy también probó con Abogacía, después comenzó a estudiar actuación. Era el mejor de su clase, un tocado por la varita mágica según sus maestros, pero abandonó, para seguir los pasos de su padre.
2. Su futuro está en la política. Máximo Kirchner abrió hace poco una escuela de dirigentes para formar las bases del nuevo peronismo kirchnerista y el ex gobernador santacruceño, Sergio Acevedo, admitió que “tiene talento político”. Jean Sarkozy fue electo con el 51,9% de los votos consejero general en el cantón de Neuilly-sur-Seine, una ciudad al oeste de París.
3. Sus hermanas no quieren saber nada con la política. Ni Florencia Kirchner, mejor conocida en la web como Florkey, ni Jeanne-Marie y Judith Martin, las hermanastras de Jean, quieren seguir los pasos de sus hermanos. Ellas sólo están interesadas en divertirse y vivir su adolescencia a pleno.
4. Gotas de agua (con pelo largo). Ambos tienen un parecido increíble con sus padres, en especial heredaron su nariz. Máximo es un calco de Néstor, aunque con algunos kilos más, y Jean, la viva imagen de su padre, pero rubio. No obstante, lo que los diferencia de verdad de sus progenitores son sus pelos largos y al viento, una marca registrada de ambos, que no están dispuestos a recortar.
5. Los feudos familiares. Río Gallegos es la cuna política donde Kirchner es sinónimo de poder. Allí Néstor pasó su infancia y dio sus primeros pasos políticos. El cantón de Neuilly-sur-Seine es el lugar donde Nicolás Sarkozy creció y el que lo catapultó a la política. Hoy Máximo suena como candidato a intendente de Río Gallegos y Jean ya ganó una elección en Neully. La historia se repite y sus apellidos siguen la tradición familiar.
6. Padres ostentosos. Máximo y Jean saben qué regalarle a sus padres cuando quieren brillar. Tanto la presidenta Cristina Kirchner como Nicolás Sarkozy figuran en la lista de los 10 mandatarios más ostentosos del planeta, por su amor por las joyas y el oro.
7. Responden al partido de papá. Máximo pertenece a la agrupación peronista La Cámpora y no oculta su filiación peronista. Jean fue candidato por Unión por un Movimiento Popular, el partido que llevó a su padre a la presidencia.
8. Perfil bajo, confianza plena. A diferencia de sus padres presidentes -en el caso K, padre y madre-, ellos prefieren mantener perfil bajo. Hablan poco y prefieren trabajar en silencio, para contribuir a la causa de sus progenitores, desconfiados por naturaleza de los eventuales apoyos y acuerdos políticos, aunque confían absolutamente en Máximo y en Jean.
9. La mala imagen presidencial. Sus padres presidentes andan con la imagen pública por el suelo. En la Argentina, el conflicto con el campo desgastó la buena percepción que tenían de la Presidenta los ciudadanos. En Francia, a Sarkozy los galos le reprochan que es “demasiado mediático” y habla más de su romance devenido en casamiento con Carla Bruni, que de su gobierno..
10. ¿Futuro presidencial? Su apellido, sus contactos y su designio familiar les auguran un puesto relevante en la política de su país. Sólo tienen que animarse e intentarlo. Máximo, en algún cargo en Santa Cruz o, quien sabe, a nivel nacional. Jean, ya puso primera y es consejero.
(*) Redactor de Perfil.com
