“Vamos a insistir. No vamos a resignarnos a ponernos de acuerdo en un tema tan prioritario como es la educación”. La ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, sintetiza en pocas palabras el pensamiento del jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, tras el rechazo de parte del Gobierno nacional de un protocolo para reabrir las escuelas para 6.500 chicos que no accedieron a ningún tipo de educación desde que comenzó la cuarentena.
Por la tarde, quienes estuvieron cerca del jefe de Gobierno porteño, lo vieron con cara adusta: pensó que había un pre acuerdo con Nación por el tema y hasta lo sorprendió la marcha atrás de parte del titular de la cartera educativa, Nicolás Trotta.
“Estamos absolutamente sorprendidos por la decisión. Veníamos dialogando con el ministro Trotta y el tema estaba acordado. Creemos que hay que trabajar para la vuelta progresiva a las aulas", completó Acuña.
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En este sentido, el jefe comunal solicitó a sus funcionarios que el tema no escale para no dañar su buen vínculo con el presidente, Alberto Fernández, pero instruyó a seguir con las negociaciones para intentar destrabar la iniciativa.
El plan que había lanzado la Ciudad implicaba reabrir 634 escuelas (entre primaria y secundarias) con un máximo 15 chicos por escuela y un distanciamiento: 15 m2 por alumno. Además, los chicos debían concurrir con turno previo y con un tiempo máximo de 2 horas, según fuentes oficiales.
“La idea es que puedan usarlo todos aquellos chicos que no tengan computadora o Internet, o simplemente que encuentren en la escuela un ámbito apropiado para conectarse, hacer tarea, estudiar, investigar”, explicaron en el Gobierno porteño.
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En este sentido, hubo diversas miradas sobre el protocolo. Intelectuales del ámbito educativo como Gustavo Iaies y Guillermina Tiramonti se mostraron abiertamente a favor.
Con todo, en la Ciudad explicaron a PERFIL que de los 17 gremios docentes, solo dos (UTE y Ademys) se expresaron en contra de la reapertura y hasta habían acordado armar una comisión que controle esa reapertura.
Sin embargo, en un Zoom con Trotta, los dirigentes de UTE-CTERA convencieron al ministro de rechazar el protocolo. El ministro de Educación, luego, mostró sus dudas sobre la conveniencia de avanzar y decidió frenar la reapertura.