El análisis de 10 profesionales. Galería.
Lo contó Cristina Fernández en un reportaje que le hizo una radio santacruceña allá por 1989: "Kirchner es un personaje, duerme en posición fetal". La infidencia, que data de un tiempo en que pocos le prestaban tanta atención como hoy al matrimonio K, es oro en polvo para los profesionales del diván: descansar en posición contraída, encogiendo brazos y piernas como un feto en el vientre materno, revela una personalidad que puede parecer fuerte por fuera, pero que se muestra más frágil en el momento de la intimidad. Significa una búsqueda de amparo y protección, una defensa instintiva contra los temores diurnos.
Diez psicólogos y psiquiatras analizaron para NOTICIAS los comportamientos y las excentricidades del ex presidente, un hombre que hoy no parece tener límites, y que después de la depresión tras la durísima derrota electoral de junio se muestra victorioso. Como si hubiera ganado, redobla su avance contra sus adversarios –el Grupo Clarín, el campo, la oposición– y hasta se anima a proyectar su candidatura para el 2011. De día embiste con más fuerza que nunca contra aquellos que creían haberlo derrotado, de noche duerme en posición fetal para lamerse las heridas y recuperarse para la siguiente batalla. ¿Qué tiene hoy Néstor Kirchner (59) en la cabeza?
La euforia. Días atrás, y con encuestas tan frescas como dudosas entre sus manos, el ex presidente arengó a los funcionarios que lo visitaron en la Quinta de Olivos: "En el peronismo nadie mide mejor que yo, acá tengo los números, miren... ¡Así que vamos por el 2011!". Lo festejaron, como siempre, los colaboradores más adulones, su ex chofer Rudy Ulloa Igor (49) y el segundo de la SIDE, Francisco "Paco" Larcher (51), mientras que el cerebral Carlos Zannini (55) –secretario Legal y Técnico– se limitaba a sonreír satisfecho.
Uno de los funcionarios que presenciaron la extraña escena reconoce que la encuesta posicionaba por encima de Kirchner a Julio Cobos (54), Mauricio Macri (50) y Carlos Reutemann (67), pero el santacruceño no considera que "el Lole" pueda representar al peronismo. Lo ubica, junto al Grupo Clarín y al campo, entre sus enemigos a vencer cuanto antes. El funcionario que presenció la arenga K lo traduce: "Néstor dice que lo tendrían que haber rematado después de la derrota. Pero como no lo hicieron, ahora vamos por todo...".