El sector financiero es un mundo chico. Tan chico que las financieras que funcionan bajo la fachada de cooperativas o mutuales, y quienes las manejan, son siempre los mismos a la hora de los casos de corrupción que rodean al Gobierno. Y todos terminan en el mismo lugar: el edificio Madero Center.
Los casos de presunto lavado de dinero en las causas de Lázaro Báez, Ciccone, Schoklender, medicamentos truchos, aportes a la campaña 2007 de CFK, y el triple crimen de General Rodríguez tienen en común una herramienta para lavar dinero del Estado: las financieras. Y las operatorias se repiten.
Un proveedor del Estado, por ejemplo, acude para vender los cheques que cobra a noventa días por efectivo inmediato. A cambio, le sacan un porcentaje. También pueden hacerlos empresas fantasmas creadas para cobrar sobornos camuflados como servicios prestados a los proveedores del Estado.
Otro mecanismo es la compraventa de acreditaciones de obra pública. Son facturas que las constructoras les venden por efectivo con una tasa de hasta el 50%. Tras numerosos testimonios y datos recopilados de diferentes causas judiciales, PERFIL descubrió las principales conexiones.
Conexión Lázaro. Federico Elaskar manejaba SGI, la financiera que cambiaba cheques por efectivo a los proveedores de Báez y que creó una sociedad en Belice a nombre de Martín Báez para enviar dinero en negro. Su nexo con Lázaro era Leonardo Fariña. Hasta que el contador de Austral Construcciones, Daniel Pérez Gadín, se presentó en SGI, con sede en Madero Center, piso 7, departamento C. Le dijo que debía vender porque se había quedado con dinero ajeno.
Elaskar debió vender a Helvetic. Según consta en la causa, Helvetic llegó al país en 2008. Su representante legal en Argentina fue Edgardo Raúl Levita. Hoy sigue vinculado a la compañía a través de otras empresas de Helvetic. Levita es la conexión con la causa Schoklender.
Conexión causa Schoklender. Levita es un hombre con varias sociedades, muchas con sede en Rosario. Otras en Capital Federal. Según los registros oficiales, Levita fundó en 1998 una financiera, Average S.A., junto con otros dos hombres. Uno de ellos es Fernando Caparrós Gómez, considerado el principal financista de Meldorek, la constructora de Schoklender, a través de la financiera Monetización.
En febrero, Oyarbide dictó la falta de mérito para Caparros Gómez. El fiscal Jorge Di Lello apeló esa decisión, convencido de que el financista había sido el “vehículo financiero utilizado como parte del plan criminal de los autores a efectos de introducir fondos en el mercado financiero dando apariencia de licitud a dichos activos de procedencia ilícita”.
Para el fiscal, intercambió cheques y transferencias por millones de pesos con Meldorek, la constructora de Schoklender y la Fundación de las Madres. El juez sostuvo que no podía procesarlo porque no se encontraron cheques firmados por el financista ni era titular de la financiera. El fiscal asegura que es apoderado de la cuenta corriente de la financiera y de Meldorek.
“No tenemos conocimiento de Levita. Caparros no está vinculado a Lazaro Baéz ni a la causa. Tampoco hay vinculación con Lebe en la causa. Que esté relacionado con las empresas o personas en el pasado no quiere decir que tenga que ver con los delitos investigados. Por eso el juez le dictó la falta de mérito”, sostuvo la defensa de Caparrós.
El vinculo entre Levita y Caparrós es actual. El hombre que fue acusado en la causa Schoklender trabajaba hasta octubre en Lebe S.A. La empresa está a nombre de Levita, quien además tiene oficinas en Carabelas 281, a menos de media cuadra de la sede central de las empresas de Lázaro.
Conexión Medicamentos y Aportes 2007. Levita y Caparrós fueron socios hasta 2000 de Jorge Fidalgo, otro financista. Por cuestiones de negocios, se separaron de Fidalgo, quien siguió rumbo con su propia financiera: Cooperativa de Crédito y Vivienda Crédito Sur. Fidalgo fue investigada por el juez Oyarbide: Néstor Lorenzo, dueño de Droguería San Javier, cambiaba cheques allí. No era el único. Lorenzo fue uno de los recaudadores de cheques para la campaña presidencial de CFK en 2007.
Hay otra conexión. La Cooperativa de Crédito y Vivienda Vernet tenía como principal cliente a Lorenzo. Le cambiaba cheques por efectivo y también fue investigada por Oyarbide. En 2011, Vernet le vendió a Elaskar una mutual: La Única. Hoy comparte sede con SGI.
Hay más. La financiera Crédito Sur comparte casualmente domicilio en Sarmiento 776 con otra financiera: Patagonia Financial Services S.A. Su titular es Ernesto Clarens: el hombre que maneja la financiera de Lázaro Báez en Carabelas 241.
Conexión Ciccone. Pérez Gadín, el hombre que maneja las finanzas de Lázaro, registró tres firmas en Paseo de Gràcia 63, España, como publicó La Nación. En la misma dirección figuran dos sociedades de Helvetic, la firma que se hizo cargo de SGI. Emiliano Córdoba fue el administrador de las tres firmas de Pérez Gadin. La misma persona aparece inscripta con Alejandro Vandenbroele, personaje central del Caso Ciccone, como miembro del directorio de una empresa con sede en Madrid.
Conexión triple crimen. Luego del triple crimen de General Rodríguez, Crédito Sur quedó en la mira de la Justicia. Fue intervenida por el Inaes a través de un veedor oficial. Allí cambiaban sus cheques Sebastián Forza y su ex socio Marcelo Abasto, con pedido de captura internacional por la mafia de los medicamentos.
La frase “vas a terminar como Forza”, que Elaskar le atribuyó a enviados de Báez, no es una amenaza casual. Los nexos y cruces de financistas, financieras y domicilios termina demostrando que siempre se trata de los mismos muchachos.
Sebastián Forza apareció con ocho disparos en un zanjón de General Rodríguez el 13 de agosto de 2008, junto a Damián Ferrón y Leopoldo Bina. Le debía millones a un financista.