El arzobispo de La Plata, Héctor Aguer, aseguró hoy que hubo "intereses bastardos" que la semana pasada impidieron acordar un documento conjunto entre la Iglesia, las empresas y centrales obreras sobre la pobreza.
De todas formas, la Iglesia intentará mañana reunir a empresarios y referentes de la sociedad civil a fin de impulsar nuevamente el documento, cuya presentación fue anunciada para el próximo miércoles y se frustró, tras las presiones del gobierno por un párrafo que criticaba al "modelo" económico kirchnerista. El encuentro fue convocado por la Comisión Nacional de Justicia y Paz, que asesora el obispo Jorge Casaretto, y preside el laico Eduardo Serantes.
Los referentes sociales, sindicales y empresariales se reunirán desde las 15 en la sede de la Conferencia Episcopal Argentina, Suipacha 1032, en el barrio porteño de Retiro.
Sobre la falta del consenso necesario para acompañar el documento que la Iglesia aún impulsa, el arzobispo Aguer consideró que "este fracaso manifiesta un problema muy hondo de la Argentina, la dificultad para acordar cosas elementales, de las que sin vacilar habría que estar de acuerdo".
Además, señaló que la discordia "se mezcla con otros problemas que son intereses, intereses mezquinos, intereses de de corto plazo que impiden ver a la larga cual es el futuro que deseamos para el país y que arruinan algo que corresponde al sentimiento profundo de nuestro pueblo". "Me parece que esto es lo que ha ocurrido acá, cálculos mezquinos de muy corto plazo", sostuvo Aguer en una entrevista en radio La Red.
También recalcó que no se logra una conciliación porque "ahora estos intereses pesan con mas fuerza por presiones que no desean que se llegue a este acuerdo".
Por otra parte, el secretario de la Unión Industrial Argentina (UIA), José Ignacio De Mendiguren, reafirmó hoy que "faltó tiempo" para realizar un debate serio sobre la pobreza y que por ese motivo no se alcanzó el consenso necesario para acompañar el documento.
De Mendiguren indicó a la misma radio que "hubo necesidad de tener un plazo perentorio en este documento" y subrayó la dificultad de lograr un acuerdo en tan corto plazo siendo tantos sectores.
"El documento salió publicado antes de que muchos sectores lo conozcan, cuando hay un documento que toma estado público ya todo el mundo quiere agregarle algo, cada entidad tiene un tema que le gusta más uno que le gusta menos, todos querían aportar nuevos elementos y eran muchas entidades ante un plazo muy corto para poder analizarlo", acotó.
El documento "La pobreza: un problema de todos", que se habían comprometido firmar empresarios y organizaciones sindicales, proponía políticas públicas para fomentar la inclusión social y un país "más justo y federal", sea cual sea el número de pobres.
Pero la deserción de la UIA, las dudas de los banqueros y el rechazo de la CGT y la CTA, tras evidentes presiones del Gobierno que hicieron cambiar más de una opinión, minaron la posibilidad de que el texto pudiera rubricarse el miércoles 14 de abril en la sede del Episcopado, como estaba previsto.
"No evalué que el nivel de fragmentación que hay en la sociedad es muy alto e impide toda posibilidad de acuerdos", admitió Casaretto, quien impulsaba el texto al que se habían comprometido firmar cámaras empresarias, centrales obreras y organizaciones de la sociedad civil.
Más allá del fracaso, Casaretto se manifestó "optimista" de la continuidad de esa iniciativa del Foro de Habitantes a Ciudadano, que fomenta desde la comisión episcopal a su cargo.
Allí confluyen delegados de distintas organizaciones sociales, convocadas por la Comisión Nacional de Justicia y Paz.