Otro revés para el ex secretario de Transporte Ricardo Jaime en la causa que se lo investiga por la compra de un avión. Ahora, la Policía Internacional (Interpol) aseguró que el hijo de un ex asesor del ex funcionario figura como apoderado de la empresa propietaria del avión Lear Jet.
En agosto pasado, Carlos Colunga, gerente de la empresa Macair Jet -empresa de Franco Macri-, declaró ante el juez Norberto Oyarbide. Allí, el español de 64 años aseguró que el dueño del avión Lear Jet 31A es Manuel Vázquez, un abogado que trabajaba como asesor de Jaime.
A su vez, Colunga señaló que Julián Vázquez habría sido el encargado de la compra de la aeronave. valuada en U$S4.000.0000. Ahora, fuentes judiciales le confirmaron a Clarín que Interpol le aseguró a Oyarbide que el hijo de ex funcionario es el apoderado de Pegasus Equily Investments, firma que figura como propietaria del avión.
Sin embargo, se conoció que las acciones de Pegasus son "al portador", lo que complica la identificación del dueño real (el propietario es el que tiene los "papeles" consigo). La firma, asentada en Costa Rica, adquirió el avión a través de un crédito de la firma Ekrest, radicada en las Islas Vírgenes británicas y con el Bank of Utah Trustee como agente financiero de la operación.
Negocio Franco. Cuando se revelaron las primeras declaraciones a la Justicia, Diario Perfil accedió a la documentación que certifica que la aeronave era un negocio de Macair Jet SA, la aerolínea del Grupo SOCMA, liderado por Franco Macri, padre del jefe de Gobierno porteño y que pretendía ser utilizada como un instrumento de conexión con Ricardo Jaime.
¿El objetivo? Tener llegada directa al despacho principal de la secretaría de Transporte y así obtener facilidades a la hora de la obtención de permisos y habilitaciones correspondientes para la explotación sobre el mercado aeronáutico, algo que no le venía resultando nada fácil a la empresa macrista.
Según explicó a la Justicia, todas las "atenciones" de Macair Jet SA era para que su empresa ganara la explotación del avión. Sin embargo, cuando llegó a Buenos Aires, no lo volvieron a llamar y se lo dieron a la competencia. Además, Colunga cree que algunos honorarios quedaron sin pagar.