Tras el exitoso sorteo de su sueldo, el diputado Javier Milei aseguró que generó revuelo entre los políticos por el impacto que causó su determinación y confesó que en Alemania fue comparado con Robin Hood. Aprovechó, como es habitual, para criticar con dureza al ministro de Economía, Martín Guzmán, al que tildó de "pelele, incompetente y de comportamiento imbécil"
En diálogo con el programa “Digamos todo” por CNN Radio, Milei sostuvo en diálogo con Nacho Girón que "con el pelele de ministro de Economía que tenemos, puede pasar cualquier cosa”. Hablaba de la posibilidad o no de un acuerdo con el Fondo Monetario (FMI), y sobre ese punto agregó además que tiene “ninguna expectativa” respecto a la reunión convocada por Guzmán este martes con la oposición, porque el titular de Hacienda “es un incompetente”.
“Es alguien no apto para su función y lo deja en claro cada momento, tiene el comportamiento de un imbécil”, indicó el diputado libertario sobre el ministro que lleva las negociaciones con el FMI.
Sobre el sorteo contó que se sorprendió “porque hubo más de 7 millones de personas que pasaron por la página y más de un millón que se anotó” y que su motivación para hacerlo fue de orden filosófica: “Yo considero que el estado es el enemigo, que es una organización violenta que nos quita el fruto de nuestro trabajo por la fuerza y que esto era un mecanismo para devolver el dinero”.
Milei aseguró que no le molestó que el ganador fuera alguien kirchnerista, y negó además que su actitud de sortear la dieta pueda ser considerada como populista, porque “el populismo es sacarle el dinero por la fuerza a la gente y dárselo a otro con fines electorales. Yo acá doy algo que es mío”. El legislador liberal señaló que en Alemania compararon su rol con el de Robin Hood, “el bien entendido”, porque, según explicó, roba a los recaudadores del Estado para devolvérselo a sus dueños.
Además hizo hincapié en que su acción del sorteo molestó a "la casta política" porque visibilizó "cuánto gana un diputado y que con eso no pueden sostener el nivel de vida que llevan, los pone en evidencia en que ellos, claramente, están sucios”.
“Mucha gente dona a fundaciones como hace la izquierda, pero lo donan a una fundación que financia su actividad política. Esa direccionalidad le pone un nivel de arbitrariedad que está en contradicción”, concluyó.
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