El Premio Nobel del Literatura Abert Camus solía explicar que todo lo que había aprendido, lo había hecho en una cancha de fútbol. Javier Milei, lejos de aquella idea, siente que lo que sabe, lo aprendió en sus estudios de Economía, convirtiéndose con los años y la exposición mediática en un referente económico para cierto sector de la sociedad, que en las próximas elecciones va a tener la posibilidad de darle un voto de confianza.
En estos días, Milei volvió a mostrarse en su papel más mediático. Su raíd incluyo saludar a Patricia Bullrich en la marcha del 27F y luego cenar con ella, y de haber sellado un acuerdo electoral con José Luis Espert y el exministro de la Alianza Ricardo López Murphy el economista volvió a un viejo amor: Chacarita Juniors.
Es que Milei jugó en las divisiones inferiores del club nacido en el barrio porteño de Chacarita y afincado hace más de 70 años en Villa Maipú. Entrevistado por el portal partidario, Aquí Chacarita, el economista recordó que no pasaba por el estadio desde 1989, tiempos en que su padre había hecho un acuerdo económico con las autoridades del club para mejorar las instalaciones, algo que habría favorecido al joven arquero, que no era malo, pero tenía otra idea y otras inquietudes para su futuro.
"Arranqué a jugar en Novena división en 1984" le contó el economista liberal al periodista Alejo Picarelli, ante el mural de Carlitos Balá que se pintó en una de las paredes del estadio y recordó cuando dejó de jugar al fútbol en 1989 porque no entendía cómo se remarcaban los precios en los supermercados, si en los libros que él estudiaba explicaban otra cosa. "De hecho, mi primer artículo fue 'La hiperinflación y la distorsión en los mercados' y lo escribí a los 20 años", contó el exarquero que en aquel momento ya integraba el plantel de primera que entrenaba bajo las órdenes de Víctor Rímolo.
Javier Milei estuvo en el estadio, pero también pasó por el Polideportivo "Ernesto Duchini", que está a pocas cuadras, donde pudo darse el gusto de jugar un poco con la pelota y donde las divisiones inferiores del club entrenan y juegan. Es más, hasta le patearon un penal, aunque los futboleros sabemos que fue exclusivamente para su lucimiento.
Eso sí, la ideología le jugó una mala pasada. Porque a la hora de dejarle un mensaje a los hinchas, cayó en repetir un mito histórico que no es cierto por más que se haya repetido hasta el hartazgo, y tiene que ver con el origen de los colores de la camiseta, que según Roberto Fontanarrosa, es la más linda del mundo. “Que se aferren al color blanco de los colores, porque el rojo tiene que ver porque fue fundado en el Partido Comunista, el negro claramente por la zona de Chacarita, y el blanco tiene que ver con los ideales y la esperanza. Hay que abrazarse al blanco de los tres colores”. Pero, bueno, tampoco le vamos a pedir a un economista que conozca a fondo la historia de un club de fútbol.