POLITICA
CIUDAD

Jorge Macri espera un gesto de Javier Milei por la coparticipación y arma una mesa política

El jefe de Gobierno quiere que la Nación cumpla el fallo de la Corte y reclama más de $350 mil millones. Charlas reservadas, Caputo y lo que se pone en juego. Además, ya tiene en mente los proyectos que presentará ante la Legislatura porteña y trabaja para intentar lograr gobernabilidad con sectores aliados. El rol de Grindetti y el equilibrio de poder.

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Jorge Macri | CEDOC

Aunque se encontraron en la Basílica de San Pedro, en Roma, el domingo pasado cuando se canonizó a Mama Antula con el Papa Francisco, nada avanzó aún. Es que el jefe de Gobierno, Jorge Macri, espera un gesto del presidente Javier Milei: que se destrabe el goteo de fondos de la coparticipación y que se arme un esquema de devolución de una deuda en el orden de los $350.000 millones por la misma cuestión.

Se trata de un fallo de la Corte Suprema por el cual se repone del 1,4% al 2,9% tras considerar inconstitucional el recorte del entonces presidente Alberto Fernández y la posterior ley sancionada por el Congreso a fines de 2020. Este fue el principal tema de conversación entre el mandatario nacional con el porteño. En este marco, en la cartera económica que conduce Luis Caputo se comprometieron a revisar el tema y la cuestión quedó en stand by a la espera de la ley ómnibus y el paquete fiscal. Con la baja de ambos proyectos, en la Ciudad comenzaron a planificar la gestión 2024 sin contar con esos fondos.

Ya en el Gobierno porteño le habían adelantado tanto el jefe de Gabinete, Néstor Grindetti, como el ministro de Hacienda porteño, Gustavo “el chama” Arengo, que no iban a aceptar un bono para saldar la deuda. “El tema es que nos está complicando planificar los proyectos si no sabemos si está o no ese dinero”, confían en Uspallata, la sede gubernamental en Parque Patricios. Esto obligó a que en los despachos porteños se instale un “no hay plata” en versión capitalina.

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Esto supone que algunas obras y hasta la máxima de bajar impuestos deberán esperar un poco más a que se aclare el panorama financiero. También la eliminación de la VTV.

Paralelamente, las reuniones de gabinete pasaron de ser semanales a quincenales y los encuentros de seguimiento de gestión comenzarán después de marzo. Además de Grindetti se suma a ellos el activo vicejefe de Gabinete, Gabriel Sánchez Zinny, cuyo entusiasmo laboral viene siendo objeto de cuestionamientos internos, siempre por lo bajo.

Jorge Macri y Javier Milei
María Belén Ludueña, Jorge Macri, Javier Milei y Karina Milei.

Por estos días comenzaron a definirse ejes de gestión que, en algunos casos, serán proyectos de ley que anunciará Jorge Macri el primero de marzo en la apertura de sesiones ordinarias en la Legislatura porteña.

Entre otros el eje seguridad, con una ley de reiterancia para que sea más sencillo que vayan a la cárcel los reincidentes; la ampliación de la reconversión del microcentro hacia San Telmo de una zona de oficinas a una zona de viviendas y actividades culturales y recreativas, la ampliación de la costa del Río de la Plata, la modificación del código de edificación para ponerle límites en algunos barrios, y los proyectos vinculados a la autonomía de la Ciudad – que deben ser consensuados con Nación – como la transferencia de la IGJ (Inspección General de Justicia), el puerto, y el traspaso del fuero laboral, entre otros.

En este marco, y ante una Legislatura con serias dificultades para llegar al quórum de 31 voluntades (de 60 bancas), el jefe de Gobierno le encargó a Grindetti que arme una mesa política con los jefes de bloque aliados, más la vicejefa Clara Muzzio, quien se prepara para pasar largas horas presidiendo las sesiones parlamentarias junto al vicepresidente primero, el santillista Matías López.

Esta flamante mesa debutó hace diez días en una distendida reunión donde se habló, entre chistes del “lilito” Facundo del Gaiso, de los serios inconvenientes para llegar al quórum: todos juntos suman 30 voluntades. Incluidos el socialismo (1) como aliado circunstancial, los dos legisladores de Ricardo López Murphy y el movedizo de Republicanos Unidos, Yamil Santoro, quien coqueteó con La Libertad Avanza durante semanas.

Darío Nieto conduce a los 15 legisladores del PRO y la Coalición Cívica, la radical Manuela Thourte está a cargo de UCR-Evolución (logró domar las siete bancas que maneja, incluidos los diputados vinculados a Daniel Angelici) y Graciela Ocaña con dos bancas más “Confianza Pública”. La hormiguita rechazó varios ofrecimientos del jefe de Gobierno y se mantiene con autonomía. La atomización del oficialismo va a complicar a Carlos Walter, la mano derecha de Grindetti en el arte de articular al Parlamento porteño con Uspallata.

El inconveniente central pasa por los nueves legisladores de La Libertad Avanza que preside Ramiro Marra, quienes hasta ahora están en un compás de espera para su posicionamiento estratégico con respecto al jefe comunal.

Paralelamente en marzo, cuando se discutan las nuevas autoridades del PRO nacional, Jorge Macri oficializará su deseo de presidir el partido a nivel porteño. Nadie lo discutirá. Y le dará una satisfacción personal a su secretario de Gobierno, César el “tuta” Torres, quien saldará una vieja cuenta contra el actual titular del PRO porteño, el legislador Claudio Romero. Peleas históricas por el territorio del sur.