Después de una extensa polémica, la presidente Cristina Fernández recibió este mediodía la confirmación por parte del Vaticano para aceptar como embajador ante la Santa Sede a Juan Pablo Cafiero.
Esta mañana, se lo comunicó a la Presidenta el canciller Jorge Taiana, dando por finalizada una disputa que se inició el 31 de enero cuando el Vaticano expresó que no acepataría el pedido de placet al ex ministro de Justicia de Néstor Kirchner, Alberto Iribarne, porque era divorciado y se había vuelto a juntar con una mujer, su actual pareja.
La soliticitud formal al Vaticano se había realizado el 13 de diciembre del año pasado, a tan sólo tres días de la asunción de la Presidenta. Sin embargo, desde la Santa Sede, se demoró la respuesta, se cajoneó el pedido y las relación bilateral se complicó.
La postura intransigente del Vaticano chocó contra la insistencia del Gobierno. Hubo declaraciones fuertes, como la del diputado ultracristinista, Carlos Kunkel, que acusó a la Santa Sede de "discriminar" y "encubrir a asesinos" como Christian Von Wernich, el cura condenado por crímenes de lesa humanidad.
Finalmente, el mes pasado, Iribarne desistió de ser embajador para descontracturar la ya tensa relación. "El largo tiempo transcurrido desde entonces, sin respuesta al pedido de placet formulado, ha motivado que fuera asumiendo responsabilidades políticas y profesionales que me imposibilitan representar al país en el exterior", dijo en el texto de su renuncia al ofrecimiento.
El viernes pasado, la presidenta Fernández de Kirchner y el canciller Taiana le ofrecieron el cargo al ex ministro de Desarrollo, Juan Pablo Cafiero, y enviaron la solicitud al Vaticano, que en tiempo récord (menos de una semana), hoy aceptó la designación, ungiendo al hijo del histórico dirigente peronista Antonio Cafiero como embajador ante la Santa Sede.