POLITICA
CIUDAD DE BUENOS AIRES

Comenzó el juicio contra Alperovich: su denunciante declaró que fue abusada durante actos de campaña

El exgobernador tucumano fue acusado por 9 hechos de abuso sexual, seis de los cuales son agravados por acceso carnal. "Quiero la verdad porque esto me mató", sostuvo en el inicio del juicio.

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José Alperovich | NA

José Alperovich, exgobernador en tres ocasiones de Tucumán y exsenador por esa provincia, comenzó a ser juzgado este lunes por la Justicia ante las denuncias por abuso sexual que realizó su sobrina en su contra. En ese marco, se conocieron detalles sobre dónde y en qué contexto habrían ocurrido los hechos, seis de los cuales son calificados como agravados por acceso carnal.

El imputado se negó a declarar sobre los hechos de la causa por consejo de su defensa pero aseguró que lo hará hacia el final del debate: "Tengo 68 años, 11 nietos, 4 hijos y quiero la verdad. Con todo el respeto que le tengo al Poder Judicial, me ajusto a la justicia y le pido al señor juez y al señor fiscal que presten atención a todas las pruebas", señaló Alperovich.

Alperovich tenía la intención de contar con Mariano Cúneo Libarona como su defensor. Sin embargo, debido a la incorporación de Cúneo Libarona al Gobierno de Javier Milei, tuvo que renunciar y su lugar fue ocupado por Augusto Nicolás Garrido, un colega del mismo estudio jurídico pero con menos trayectoria. A pesar de este cambio, el hermano de Mariano, Matías Cúneo Libarona, supervisará el juicio. 

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La acusación fue leída por la secretaria del Tribunal Oral Criminal 29 de la Ciudad de Buenos Aires, en el inicio del juicio del que Alperovich puede recibir hasta 15 años de prisión. Al sentarse en el banquillo de los acusados el exlegislador dijo que no iba a declarar por "consejo de su abogado" pero manifestó que "quiere la verdad" para que se esclarezca lo sucedido.

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Según la acusación, se habría tratado de nueve hechos que habrían tenido lugar entre 2017 y 2019 en distintos lugares de Tucumán y Buenos Aires contra su sobrina, identificada como F.L. La joven, hija del primo de Alperovich, comenzó a trabajar en 2011 en la función pública de la provincia norteña, y seis años después como asistente y secretaria del entonces senador nacional. 

Alperovich tiene por delante la declaración de unos 80 testigos, en el marco de la causa que comenzó luego de la denuncia de F.L. en 2019, en donde el dirigente peronista fue apartado tiempo después. 

Entre los testigo se encuentran familiares, amigos y amigas de la denunciante, a quienes les pudo haber confiado los hechos que padeció, además de personas que integraron la campaña de Alperovich –cuando la joven trabajó junto a él- y apreciaron el deterioro físico de la joven. Y profesionales que la atendieron por aquellos años, quienes realizaron peritajes que corroboraron el daño psíquico producto de los hechos que, según denunció, sufrió a manos de Alperovich.

Cuándo habrían ocurrido los abusos

Acorde a la imputación, muchos de los abusos ocurrieron durante actos de campaña en su provincia durante su lanzamiento como candidato a Gobernador, que según la denunciante abusó sexualmente de ella incluso cuando él iba manejando y realizó varios tocamientos

El primero de los nueve hechos habría sucedido en la Capital Federal, en uno de los dos departamentos que el exgobernador tucumano tenía en Puerto Madero, en la Ciudad de Buenos Aires, el 14 de diciembre de 2018.

José Alperovich

El segundo hecho ocurrió también en ese inmueble del barrio porteño, el 27 de diciembre de 2017, según la denuncia de la mujer. También se mencionó que el 9 de febrero de 2018, Alperovich volvía con su sobrina de un acto de campaña en la localidad tucumana de San Pedro de Colalao, en el departamento de Trancas, y allí intentó abusarla.

Lo mismo sucedió al día siguiente cuando volvían de Simoca y el 12 de ese mismo mes. Los fiscales habían indicado en su acusación que el exfuncionario no solo había ejercido "violencia sexual" contra la víctima, sino también "psicológica y simbólica".

Además, se conoció que los hechos de violación más graves sucedieron durante el mes de marzo de 2018 en la casa que Alperovich tenía en la localidad de Yerba Buena, cuando aparentemente realizó en cuatro días distintos hechos calificados como de "abuso sexual con acceso carnal".

La carta de la sobrina de Alperovich: "Estoy aquí contra la opresión del silencio y por la necesidad de recuperar mi vida" 

La victima escribió una extensa carta que hizo pública al dar a conocer la denuncia realizada el 22 de noviembre de 2019 contra Alperovich, que es primo de su padre, con quien el exsenador mantenía un trato frecuente y familiar. Tan es así que Alperovich fue testigo del segundo matrimonio del padre de la denunciante.

Durante un año y medio, mi tío José Alperovich violentó mi integridad física, psicológica y sexual. Estoy segura que ninguna persona que haya sufrido violencia sexual quisiera estar en este lugar, desnudando la intimidad más dolorosa de su vida. Pero nos obligan a encontrar en esta manera la posibilidad de ser escuchadas.

Ya no nos callamos más, pero tampoco queremos hablar por lo bajo de lo que nos pasa, de lo que sentimos, de lo que nos hicieron y de cómo hacemos para volver a la vida después de que hechos tan traumáticos nos la cambiaron para siempre.

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No escribo para convencer a nadie de nada. Estoy aquí contra la opresión del silencio y por la necesidad de recuperar mi vida, de sanar llamando a las cosas como son, sin suavizarlas ni teñirlas, poniéndole al monstruo nombre y apellido. Cuando no le ponés nombre, no existe.

El mío se llama Jose Jorge Alperovich, mi tío segundo y jefe, por quién fui violentada sexual, física y psicológicamente desde diciembre del 2017 hasta mayo de 2019. Durante un año y medio sufrí violaciones a mi integridad física y sexual. El avasallamiento fue demoledor. Tanto que ni siquiera pude ponerlo en palabras. Él oscilaba libre y cómodamente en los tres escenarios ante los que me posicionaba: el familiar, el laboral y el del horror de la intimidad que me forzaba a vivir con él.

No quería que me besara. Lo hacía igual. No quería que me manoseara. Lo hacía igual. No quería que me penetrara. Lo hacía igual. Inmovilizada y paralizada, mirando las habitaciones, esperando que todo termine, que el tiempo corra. Ya saldría de ahí y estaría en mi casa, ya habría más gente alrededor, ya el disimulo y el trabajo lo iban a alejar de mí.

Ya se cansaría de mí, de que no quiera, de que sea “asexuada” como me llamaba. Pero su fijación no cesaba, durante mucho tiempo quiso más y más seguido, con más ganas, con más fuerza, con más violencia por mi resistencia.

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La sensación de que nunca nadie iba a salvarme, de que no iba a haber una interrupción o algo que me sacara de esos lugares. Era expresamente su voluntad. Yo no podía salir sola del encierro porque sabía que tras la primera puerta había caseros, y policías y custodios armados. Todos sabiendo lo que estaba pasando adentro y cuidando las fronteras de él. Estaba completamente atrapada.

Yo nunca elegí estar ahí de esa manera. Se lo decía en cada no. Pero mis no para él nunca fueron suficientes. No se trataba del ímpetu ni de la cantidad de veces que se lo decía ni de como se lo explicaba ni de como mezquinaba mi cuerpo ni de como intentaba defenderme ni si lloraba o no. Nunca en mi vida lloré tanto.

Durante todo ese tiempo no tuve ni un respiro. Trabajé sin parar, sin vacaciones, sin feriados. Solo me liberaba cuando él viajaba. Pero cuando regresaba, volvía también la pesadilla. Hasta que se detuvo, hasta que las situaciones en las que el disponía quedarse solo conmigo para tocarme y penetrarme se volvieron situaciones ya de violencia y maltrato público, delante de personas. Pero ya no más por dentro, ya no más al hueso, ya no más solos.

Pensar en quién era yo antes, sin miedo, con deseo de desarrollarme, de aprender, de vivir.

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A mí esto me cuesta desde el día que empezó a pasar y en todos los sentidos. Solo quiero justicia. Recuperar mi vida. Quiero volver a empezar poniendo cada cosa en su lugar. Responsabilidad de acciones, consecuencias para quien corresponde. Hasta ahora, sólo las cargo yo. Sacarme esta mochila que ya no puedo sostener más y entregársela a su dueño.

No miento, no busco fama. Nadie quiere hacerse famosa por contar el horror que vivió. No quiero dinero ni hay un trasfondo político detrás de mi denuncia. Soy mucho más que todo eso que se pueda especular. Esto es por mí. El motivo más importante de mi vida es mi renacimiento, mi sanación y la búsqueda de justicia. ¿Qué motivo más importante que el valor de mi propia vida puedo tener?

Estoy acá contando lo que viví por mi seguridad pero también para que otras mujeres se animen a hablar. Esto no me mato, me puedo proclamar y me puedo defender. Me puedo recuperar, me puedo cuidar, me puedo elegir. Hoy elijo no callarme nunca más. A pesar de que me decía, en pleno horror: ’cállate, ¿no ves como estoy?’, para tapar todos mis no. No me callo nunca más. Este es mi nunca más. Ojalá también sea el nunca más de todas aquellas que queremos dejar de callar.

La joven, que formuló la denuncia a fines de 2019, ya había renunciado a su puesto el 24 de mayo de ese mismo año.

"Quiero la verdad porque esto me mató”

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Luego de sentarse en el banquillo de los acusados y por indicación del juez José María Ramos Padilla de hablar frente al micrófono. "Quiero la verdad porque esto me mató”, lanzó el exmandatario provincial, al tiempo que dijo que sus abogados le recomendaron que "declarara después".

“Con todo el respeto que le tengo al Poder Judicial porque me ajusto a la Justicia y quiero la verdad. Le pido que preste atención a las pruebas”, solicitó. El 20 de abril de 2023, había declarado de forma virtual y negó la responsabilidad en los hechos de los que se lo acusa, mientras que no accedió a responder preguntas.

Tras ello, el fiscal Sandro Abraldes le preguntó acerca de sus condiciones personales y Alperovich aclaró que es “empresario” y actualmente está alejado de la política. Según contó, en la actualidad está en una “concesionaria de autos, un emprendimiento inmobiliario y una empresa ganadera”, por lo que percibe unos 5 millones de pesos.

La causa: Alperovich "reducía bajo su dominio a la víctima", dijeron los fiscales

En su pedido de elevación a juicio realizado en mayo de 2022, la fiscalía aseguró que "quedó comprobado cómo el imputado utilizando su fuerza física, ejerciendo abuso intimidatorio de poder y violencia de género, reducía bajo su dominio a la víctima, y la ponía como un mero objeto de satisfacción sexual, de cosificación, sometiéndola de forma violenta, ultrajante y degradante, haciéndolo por el transcurso de un poco más de tres meses".

Dentro del escrito, los fiscales explicaron: "Los métodos para obtener el control de la víctima consisten en infligir el trauma psicológico de forma sistemática y repetitiva. Son técnicas organizadas de debilitamiento y desconexión. Estos métodos están pensados para causar terror e indefensión y destruir el sentido del yo de la víctima en relación con los demás. El efecto de esta técnica es convencer a la víctima de que el abusador es omnipotente, que resistirse es inútil y que su vida depende de que se gane indulgencia a través de la sumisión absoluta".

Los fiscales sostuvieron además que tanto el informe pericial psicológico como las constancias médicas, las declaraciones de los testigos y las constancias de las conversaciones entre Alperovich y la víctima fortalecieron el relato realizado por la denunciante. "No estamos en presencia de un único y aislado testimonio, sino que existen numerosas pruebas que han podido recabarse y que permiten afirmar, con la certeza requerida en esta etapa, que los hechos denunciados ocurrieron del modo que hemos expuesto, y que su autor ha sido el aquí imputado José Jorge Alperovich", aseguraron

Cuatro años después de la denuncia contra Alperovich 

Pasaron poco más de cuatro años desde la denuncia. Actualmente la joven tiene 33 años y lleva adelante un embarazo avanzado. Por su parte, Alperovich sigue casado con Beatriz Rojkés, que ocupó también el cargo de senadora nacional y presidenta del Partido Justicialista en su provincia y llegó a ser a partir del 30 de noviembre de 2011 la primera mujer presidenta provisional del Senado, segunda en la sucesión presidencial, con CFK como jefa de Estado. El matrimonio continuó a pesar de las denuncias contra el senador. 

“Denunciar fue liberarme. Hoy celebro y reconozco en ese difícil proceso el bienestar y la mejoría que cada día experimento y me confirman que callar no es para mí nunca más una opción de vida”, expresó la joven en una carta difundida a los medios al cumplirse un año de la denuncia, quien al momento del juicio, prefiere no dar declaraciones a la prensa.

A pedido de la fiscalía y la querella, la declaración de F.L fue a puertas cerradas y se extendió por más de dos horas. La próxima audiencia será el 15 de febrero.

 

FP / ds