Partidazo en el Senado. Después de casi 17 horas de juego y un alargue, el marcador sigue diciendo “36 a 36” y la pelota le queda picando a Julio Cobos. El vicepresidente de la Nación duda -la responsabilidad es enorme-, pero finalmente se decide y marca el gol de la victoria para el campo, quizás el último de un jugador resistido por las máximas autoridades del club “K”. En Palermo, la hinchada del agro delira: “¡Y ya lo ve, y ya lo ve, es para Kirchner que lo mira por TV!”.
Aunque el mismo Cobos quiso desprenderse de esta lógica, el debate por las retenciones móviles en el Senado se vivió como un partido de fútbol. Voto a voto (gol a gol) se fueron siguiendo las acciones en el Congreso y una vez terminada la sesión –una verdadera final en la disputa entre el Gobierno y el agro- casi todos los canales de televisión no dudaron en titular: “Cobos le dio la victoria al campo”. Más que un vicepresidente, el mendocino parecía un goleador que había marcado en tiempo de descuento.
Mientras tanto, en Palermo todo era euforia por el histórico 37 a 36. Además de las dedicatorias de la “barra ruralista” hacia el matrimonio presidencial, el propio Mario Llambías, titular de Confederaciones Rurales Argentinas, hablaba de un triunfo “por penales”. Del otro lado, los hinchas kirchneristas no querían aceptar la derrota: botellazos, piedras, palos e insultos en las puertas del Parlamento. Postales de una sociedad que –al igual que cuando rueda la pelota- exalta los éxitos y no tolera los traspiés.
Claro, el partido todavía no terminó. Un nuevo proyecto de retenciones móviles deberá ser tratado en Diputados, pero habrá que ver qué pasa con Cobos, el nuevo ídolo del equipo agrario, quien no sería tenido en cuenta por las autoridades del conjunto “K” durante el resto del campeonato.
Más allá de la continuidad o no del vicepresidente de la Nación –y siguiendo con el tono futbolero- no son pocos los que se preguntan: ¿Habrá jugado su propio partido? Cobos negó tener otros intereses más allá de su “convicción”, pero algunos imaginan el comienzo de su propio proyecto político. Qué jugador…
(*) Editor de Perfil.com