—¿Qué balance hace de una semana en la que le pidieron la renuncia, un juicio político, y armaron marchas en su contra?
—Creo que siempre los que lo viven de afuera se preocupan más que uno. Por ahí se preocupan los hijos. Pero la verdad es que estoy muy tranquilo. Más allá de estas agresiones, que la verdad que uno viene soportando, ahora con más frecuencia, pero ya desde hace un tiempo.
—¿Qué hará ante el pedido de Hebe de Bonafini de hacerle un juicio político e inhabilitarlo para sus funciones?
—Cualquier ciudadano, si cree que algún funcionario no cumple su rol, hay un mecanismo institucional. No hay que seguir el camino de la descalificación y los agravios, porque la verdad no ayudan a vivir en el clima de armonía que necesita el país. En el caso de las denuncias penales, se debe a la interpretación que hice de la Constitución. Ayer (por el jueves) un senador justicialista me recordó que en julio de 2001 se cambió la alícuota del impuesto al cheque al 6 por 1.000 y se cambiaron como diez artículos de esta ley. Se aprobó 26 a 13 y se convirtió en ley.
—¿Qué lectura hizo de la solicitada que firmaron los gobernadores oficialistas cuestionando su acción?
—Bueno, hay nueve gobernadores que no firmaron. No me imagino a gobernadores llamándose para consultarse y diciéndose ¿qué tal si hacemos una solicitada? Seguramente habrá sido algún funcionario nacional que les ha pedido adherir a una solicitada. Yo sé que a muchos los llamaron para que firmaran y no lo hicieron.
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