POLITICA
Tensa calma

Juntos o separados | El PJ sueña, aún sin éxito, con la unidad para 2019

Distintas excusas sirvieron a los dirigentes justicialistas para verse las caras y pensar las nuevas reglas de juego para después del 22 de octubre.

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El PJ se reunió para homenajear a Antonio Cafiero en San Isidro. | @LauroGrande

Gobernadores, intendentes, candidatos. A Cristina Kirchner con 34% no le alcanza para ignorar aliados. Sergio Massa tiene un 16% que lo posiciona como quien puede inclinar la balanza pero lo aleja de ser el eje. Florencio Randazzo, con menos del 6% tendrá poco para imponer, aunque podrá decir que se plantó. Más allá del sello partidario que hoy lo tiene el que menos votos sacó en la provincia de Buenos Aires, todos en el espacio peronista tienen argumentos para exigir un lugar en la mesa de negociaciones de cara al 2019.

Sin unidad, es imposible vencer a Cambiemos. Lo repiten en cada off, pero hoy parece imposible cicatrizar heridas. Sin embargo, algunas excusas sirvieron de puntapié inicial. El más importante sucedió ayer en el homenaje a Antonio Cafiero en San Isidro. Lo organizó el intendente de Merlo, Gustavo Menéndez, que está con Cristina pero nunca cortó el diálogo con Massa. "Llegábamos al lugar y nadie sabía con quien te ibas a encontrar", reconoció un dirigente que ayer dijo presente. Es que había de todo. Estaban ultra K como Wado De Pedro y Oscar Parrilli, pasando por massistas como Fernando y Sebastián Galmarini y el intendente de Tigre Luis Zamora y hombres más PJ como Fernando Espinoza y la intendenta de La Matanza, Verónica Magario.

Sin embargo, no fueron pocos los que vieron el acto como una "emboscada" del propio Menéndez que prometía mucha liturgia peronista, pero sin tanta imagen K. Y la presencia de Parrilli indignó a muchos. Tanto Massa como Cristina mandaron emisarios. ¿Una señal post octubre?

Gobernadores. Otra de las excusas fue la disputa legal por el Fondo del Conurbano, donde la gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, judicializó el asunto y espera un fallo favorable por parte de la Corte Suprema de Justicia. Atentos a esto, la famosa "liga de gobernadores" que había perdido terreno frente a la centralidad de los PJ bonaerenses, tuvieron una nueva foto juntos. Es cierto que también se sumaron gobernadores de Cambiemos para tener una estrategia conjunta por un tema impositivo, pero dirigentes que estuvieron presente confiaron a Perfil que se aprovechó para "rosquear" sobre el 2019. "Los puentes hay que tenderlos", se sinceraron.

El problema que tiene el Justicialismo es que, a falta de un líder que aglutine, todos quieren ser caciques. Y no hay lugar para tantos jefes. Los gobernadores juegan cada uno por su lado, aunque en el último mes empezaron a buscar tener un pie sobre Buenos Aires. Y el elegido fue Massa. Si bien el tigrense tiene solo la mitad de votos que la expresidenta, y encima es un votante más volátil que el kirchnerista, desde el interior quieren aprovechar justamente eso. "Tiene 15% que es un buen número pero sabe que se desinfla. Hay mucho para ofrecerle", dijo el colaborador de un gobernador que estuvo muy activo en Capital Federal. Massa no desaprovechó la ocasión y en las últimas semanas se mostró junto a "Camau" Espínola, candidato del PJ en Corrientes y Sergio Casas, mandatario de La Rioja.

Polarizado. Así como se observa la grieta entre los K y Cambiemos, algo similar sucede en el peronismo con Massa y Cristina. En el medio quedó un candidato: Randazzo. Se para como "alternativa para 2019" pero no le alcanza. Producto de su magro resultado (esperaba 10% y no llegó a 6%), dirigentes locales que lo apoyaban comenzaron a saltar del barco. Hacia Unidad Ciudadana algunos, como el caso de "Juanchi" Zabaleta de Hurlingham y hacia 1País otros, como los más de 30 candidatos regionales que estarán el sábado con Galmarini en Lanús. Después del 22 de octubre, las negociaciones, inevitablemente, comenzarán. Lo que hasta hoy parece imposible, puede cambiar tras la elección. Los votos serán la clave.