POLITICA
Semana 43

Kirchner es un Jodón

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Si ya existen secretarias de cristal que atienden en tres idiomas y empleados de aluminio que barren oficinas, sirven café y rechazan propinas ¿Por qué no probar en grande y sorprender al mundo instalando una ciudadanía a botonera, a gusto del Poder? ¿Será éste el proyecto del Jodón? ¿Vamos a llegar con esta falta de resistencia a la impunidad (¡qué vergüenza mundial!) a las puertas del Bicentenario?

La realidad no atiende lágrimas. 39.999.999 millones de quejicas pueden menos que un (1) fáctico que los lleve de la nariz. Es desmesurado aplicarle a K. el símil de Stalin o Ceasescu. En serio, no se le opone nadie. A K. los peores adjetivos le saben a orquídeas. En su diccionario las palabras cambian de significado según se colorea el camaleón. Olfateó como ninguno que el país estaba para cualquiera y que su opinión pública no había alcanzado la pubertad. Pan Comido. "A este jardin de infantes lo manejo yo". Fue (remitirse a las pruebas) su real y hasta ahora triunfal propósito de gobierno. Antes. Y ahora. Hurón que es, dijo "Es la mía" y sin más respaldo que la etiqueta protocolar de Primer Caballero conduce al país a su antojo. Ni Perón pudo tanto teniendo la mayoría a su favor. Kirchner es un funámbulo mayor: lo hace sin red abajo, a lo que salga. No baja la velocidad y va a por más (sea lo que sea ese más). Sin civilidad militante enfrente se cargó el país al hombro, lo metió en su casa y como genio loco prueba que hacer con él. Cómo seguir haciéndose de él. Al sultán de Brunei el suyo le vino por herencia. Kirchner lo trabaja día a día, hora a hora. Ni él mismo debe tener claro porque hace lo que hace.

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¿Para tener dinero? Ya tiene la pavita (y los pavitos) echada. ¿Para quedar en la historia? Para él ese es un cuento para "nabos". (Y en esto tiene razón) Curioso depredador político. No lo mueve el más mínimo sentido social. No es un guía espiritual. Tampoco un gozador del sillón de Rivadavia como trono, "a lo Menem". Técnicamente es un Jodón. Con mayúsculas. Un primo del Guasón. No es disparate: su primer gesto tras jurar el cargo fue hacer cabriolas con el bastón presidencial. A pueblo chiquilin la chiquilinada le cayó bárbara. ¿Cómo les habría caído a los uruguayos un Tabaré Vázquez haciendo lo mismo al asumir? El "tapado" llegado del frío quiso probar hasta donde se puede jugar con un país cuando su gente no lo habita como tal. Puede que sea su único y secreto propósito. Ser, a pesar suyo, un reformista. Quizás (esto es, si dejamos que Kirchner siga ignorando la Opinión Pública Absoluta del país) él ingrese como rara avis en un capítulo de la sociología.

Pionero de una teoría política que ayude a evitar que en el futuro se repitan casos como el suyo. O dicho más claro, para impedir que otros pueblos del mundo caigan en telarañas capaces de inmovilizar a 39.999.999 millones de luciérnagas. En tanto, el Insomne Perpetuo sigue garabateando cada madrugada en la cama king size de Olivos, los sutiles cazabobos que activará al siguiente día. Numera, tacha, saca cuentas, tararea y, solista de sí mismo, va y exclama "Nell due mille undici vinceró,vincereee..."Es jodido el Jodón.

(*) Especial para Perfil.com