Quien se llevaría la peor parte es el jefe del bloque peronista, Raúl Pérez, ya que Kirchner quiere que renuncie sí o sí, según informó Clarín. Al parecer, el ahora diputado nacional repetía sin parar: "todo lo que publicó es verdad, no me digan que se habló de otras cosas". Por eso su enojo fue máximo al enterarse de que algunos incluso amagan con irse al bando de Eduardo Duhalde o Francisco De Narváez. Para atrás. Horacio González negó que sus muchachos hayan iniciado una "rebelión", pero admitió que los legisladores expresaron sus disidencias hacia algunas políticas K: "Hubo una reunión de trabajo y se juntó un equipo. Cuando uno emite opiniones es para mejorar algo, pero no se puede hablar, como dicen algunos titulares, de rebelión". El propio Raúl Pérez, siguió el mismo camino: "Como todos los años, nos comemos un asadito y hacemos una charla política.",
Todos sospechosos. El principal enojo de Kirchner, dicen, no fue que los critiquen a él y a Scioli, sino que la información salga en todos los medios del país. Las sospechas apuntaron en primer lugar a González, aunque luego se agregó al marplatense Juan Garivotto y a Pérez. Éste último responde políticamente al intendente de La Plata, Pablo Bruera.
¿Massa sonríe? Al momento de buscar responsables por la rebeldía, casi todas las miradas apuntan al intendente de Tigre, Sergio Massa. El jefe de Gabinete de Daniel Scioli, Alberto Pérez, sostuvo: “Noto la mano de algunos que han sido muy beneficiados por el peronismo, muy beneficiados por el gobierno nacional durante mucho tiempo, que hoy se ven sin protagonismo y se dedican a mentir en los medios para tratar de sacar algún rédito”. El ex Jefe de Gabinete de Cristina sería quien lidera al grupo de intendentes que piensan en cambiar de rumbo.
