A pesar de las denuncias de manipulación en los índices de precios, el presidente Néstor Kirchner decidió retrasar la normalización del cuestionado Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) hasta después de las elecciones.
Para no mostrar debilidad, el presidente Kirchner dejó en suspenso un acuerdo político que preveía que Beatriz Paglieri, la funcionaria que calcula el cuestionado IPC, fuera reemplazada y abandonara el INDEC el jueves pasado, cuando entregó el último cuestionado índice previo a las elecciones.
La campaña electoral, que entronó al índice de inflación como el principal blanco de las críticas opositoras, postergó así el reemplazo de la cuestionada Paglieri.
Mientras, el Gobierno ya ensaya el andamiaje de la próxima medición, que también será perfecta, y evalúa quitarle volatilidad al nuevo IPC con variaciones puramente estacionales y reflejar la nueva estructura de consumo de la población.
En rigor, la revisión del indicador estaba en el cronograma del INDEC antes de que el Gobierno lo interviniera y fueran cuestionados los índices.
La apuesta oficial reconoce que hay que atacar la tendencia inflacionaria. En esa línea, se trabaja en medidas para ampliar la oferta, como profundizar la promoción de inversiones con financiamiento subsidiado al sector productivo.