"No sabemos por qué lo hace. Con Kirchner nunca se sabe si es porque lo quiere ayudar o hundir", le admitió un funcionario sciolista a PERFIL cinco minutos después de que Néstor Kirchner intimara a Daniel Scioli a decir públicamente "quién le ata las manos" para actuar contra la inseguridad.
La fría relación que venían manteniendo Scioli y Kirchner en los últimos tiempos se agravó por lo que en Olivos interpretan como falta de voluntad del gobernador para jugarse en temas claves. Fue central en ello el malestar de Kirchner ante el silencio del mandatario provincial por su posición en contra del matrimonio homosexual y de la arremetida del Gobierno por Papel Prensa y Fibertel. "Más allá de que Scioli esté de acuerdo o no con Papel Prensa o Fibertel, sabe que hablar de esto a él no le suma, por eso prefiere no hablar", comentó un hombre de su entorno. Para el kirchnerismo esto significa traición.
Desde el entorno del gobernador bonaerense, repiten en cambio la palabra "fidelidad". "Kirchner no le puede reprochar nada a Daniel. Fue el dirigente que más fidelidad mostró siempre", sostuvo un hombre del gabinete provincial. Pero al ex presidente no le alcanza. El titular del Partido Justicialista nacional busca en el resto de los dirigentes la misma pasión para batallar contra sus "enemigos".