La conducción de La Cámpora sufre una grieta cada vez mayor por el reparto de poder. Los cargos y roles en la Casa Rosada, el Congreso y las legislaturas provinciales son el botín que se disputan las caras visibles de la agrupación que lidera Máximo Kirchner, el hijo de la Presidenta.
Todavía no enfrentaron su primer desafío, el inicio del segundo mandato de Cristina Fernández de Kirchner, pero ya muestran problemas hacia afuera y sobre todo puertas adentro.
Andrés “Cuervo” Larroque es el hombre más fiel que tiene el hijo de la Presidenta. El secretario general de La Cámpora cumple sus órdenes a rajatabla. “Está radicalizando su discurso y va a ir al Congreso para ser la espada de la juventud camporista”, graficó a PERFIL una fuente del oficialismo.
El militante oriundo de Flores se convirtió en el soldado de Máximo. Ya fue a reconocer el terreno donde tendrá que librar las batallas: la Cámara de Diputados.
Entró tercero en la lista de Capital Federal. Y es posible que lo coloquen al frente de la Comisión de Libertad de Expresión, que hoy maneja la radical Silvana Giudici. Pero enfrentará una pugna con otro líder juvenil que pretende disputarle poder en el recinto: Facundo Moyano, el hijo del secretario general de la CGT. Pablo Moyano, su hermano, advirtió la semana pasada: “Vamos a ver qué hacen”, en alusión a los líderes de La Cámpora.