Si hay algo en lo que coinciden todos los sectores que hoy componen la CGT, es en respaldar el acuerdo que intenta cerrar el Gobierno con el Fondo Monetario Internacional, siempre y cuando no signifique “un ajuste para los trabajadores”. Los dirigentes gremiales valoran el “esfuerzo” de la Casa Rosada en esta coyuntura y afirman que la Argentina en esta negociación no cuenta con margen.
Para uno de los dirigentes más importantes de la central obrera, en conversación con PERFIL, “la deuda hay que pagarla” pero advirtió: “el ajuste no lo pueden pagar los trabajadores”. Y señaló que “la deuda la contrajo el presidente anterior, la tomó en nombre de la Argentina. Cuando vas a un banco a pedir un préstamo te ponen una hipoteca, que te condiciona para que pagues y arréglate”.
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El moyanismo también lo entiende de esta manera. Reparte críticas al macrismo por la situación del país y confía en que las medidas que se tomen en base al entendimiento con el organismo internacional no afectarán a la clase trabajadora, golpeada tras cuatro años de Cambiemos y dos caracterizados por la pandemia del Coronavirus. “La prioridad es el trabajador”, repite ante los suyos Pablo Moyano, uno de los titulares de la CGT que busca, como lo dijo el día que asumió su actual cargo, que el sindicalismo no sea un apéndice del poder de turno.
Sergio Sasia, integrante del consejo directivo de la central obrera y líder de la Confederación de Transporte, señaló ante este medio: “Nosotros entendemos que el acuerdo con el FMI no va a implicar un ajuste, las negociaciones se vienen llevando a cabo por el carril correcto, el Gobierno ha sido claro. El acuerdo no va a ser a costa de la pérdida del poder adquisitivo o del empleo, estamos consustanciados con esto”.
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También opinó del tema el extriunviro Juan Carlos Schmid, actual secretario de Políticas de Empleo de la CGT y referente del Sindicato de Dragado y Balizamiento. “El Fondo siempre va a pedir condicionalidades, es un organismo multilateral que estuvo cuestionado y que volvió a emerger como el gendarme de las finanzas en la economía globalizada. No creo que es un FMI distinto, pero la Argentina no tiene mucho margen para ensayar respuestas, necesita ganar tiempo, como lo manifestó Guzmán en la CGT, y necesita elaborar un programa que le permita hacer frente a las obligaciones que tiene. En eso estamos de acuerdo con la trazabilidad del Gobierno”, aseveró.
Aunque aclaró: “Queremos que las medidas que se tomen no sean de restricciones y de costo sobre el pueblo del trabajador, porque eso en definitiva, vuelve inviable cualquier esquema de pago”.
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Cabe recordar que, en busca de apoyo, el ministro de Economía, Martín Guzmán, visitó la sede de la central obrera en diciembre pasado para dar detalles de las negociaciones con el Fondo, un gesto muy bien recibido por el gremialismo. En medio de aplausos, el líder de Hacienda expresó allí que su meta para una "verdadera inclusión social con generación de trabajo" y una mejora "más fuerte del poder adquisitivo de los salarios". Además, dijo que "no va a haber ninguna reforma ni restricción que afecte a los trabajadores".