¿Y qué pasa el lunes? Es la pregunta que se repite incansablemente en cualquier vereda, mesa familiar, transporte público o sala de espera del odontólogo.
La única certeza concreta sobre mañana, el día después de las elecciones, es que se realizará la apertura de ofertas de la licitación a la que llamó el Gobierno para importar casi 90 millones de billetes nuevos. El objeto de la licitación es el traslado aéreo de las 117 toneladas de papel moneda desde Alemania. Así lo confirmó la Casa de Moneda.
Cualquier otro pronóstico sobre dólar o precios es pura ficción.
Lo que queda claro es que el mercado descuenta que, según los resultados en las urnas (si hay ballottage o no y qué dupla ingresa), se resolvería el fantasma de la devaluación: si la habría antes o después de las últimas elecciones, en noviembre.
Los cierres del tipo de cambio del viernes pasado que ubicaron al dólar blue, y sobre todo a los financieros, por encima de los 1.000 pesos anticiparían un lunes caluroso en las principales plazas financieras del país y un torbellino de opciones para las acciones y los bonos argentinos en Wall Street.
Los CEO y gerentes generales de las principales compañías que operan en el país están 24 horas on line y crecieron en las últimas horas los grupos de wasap de contención emocional.
Aunque parezca contradictorio, los equipos libertarios son los que, de acuerdo con las fuentes consultadas por PERFIL, tuvieron menos contactos informales con las compañías. Mientras que tanto el actual gabinete económico como los economistas de JxC de Patricia Bullrich mantuvieron contactos informales muy frecuentes con actores claves del VIP empresarial. En ambos casos buscaron llevar tranquilidad respecto de que no habrá modificaciones bruscas ni timonazos impredecibles. En ambos casos, también, garantizaron que habrá puentes tendidos para anticipar escenarios económicos de tensión en el horizonte cercano.
Paradójicamente, aunque en el caso de los libertarios hay economistas conocidos por el establishment y que tuvieron cargos públicos, en general durante los 90, hay desconcierto.
En materia de precios, se concentra la principal preocupación ya que nadie sabe qué impacto tendrá el resultado de hoy en las pizarras de los comercios a partir de hoy ni mucho menos qué pasará con los faltantes de mercaderías, una característica que se acentuó en la previa a las elecciones.
Mientras que las mediciones de la Secretaría de Política Económica, reconocieron un aumento de 2,2% en la segunda semana de octubre y un 2,3% en la primera con un promedio de 8% en las últimas cuatro semanas; algunas consultoras privadas también hicieron sus relevamientos y proyecciones para octubre.
Anticipan mayoritariamente otro mes con dos dígitos mensuales de inflación general.
En el caso de la consultora EcoGo, que mide semanalmente el avance inflación general y la de alimentos y bebidas no alcohólicas en particular, ajustó al alza su proyección general para octubre en el 11%. Según sus estimaciones, alimentos y bebidas aceleró el ritmo de remarcaciones del 2,3% de la primera semana. Para la Fundación Libertad y Progreso la primera quincena dio 9,6% y anticipa un rango inflacionario de entre 12,1% y 13,2%. La consultora LCG midió para esta tercera semana la inflación de alimentos y bebidas y percibió una aceleración en el costo al 3,9% semanal
El promedio de las consultoras condensado en el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) publicado el 12 de octubre en simultáneo con el índice de inflación de septiembre, “las y los analistas estimaron una inflación mensual de 9,5% para octubre y una inflación para todo el año de 180,7%.
Con todo este panorama en mente, en la previa a la recta final hacia las urnas, ayer el ministro Sergio Massa reunió a todo su equipo en Tigre; el mismo con el que más allá de los resultados de hoy deberá gestionar la elección hasta el 10 de diciembre. (Casi una eternidad).
