“Me acaba de llegar esto”, escribió Alberto Nisman el 4 de agosto de 2012 a una de sus colaboradoras. “Te lo envío por BB (Black Berry) para que el lunes lo imprimas de tu compu y voy a hacer la denuncia”, agregó. Lo que le reenvió era el siguiente mail, precedido por un saludo en hebreo: “Decile a Sandra (Arroyo Salgado) y a vos que Jaime (Stiuso) no te va a poder devolver ni la vida ni tus bienes. Así que piense bien lo que hace porque cuando termine (porque todo termina) ustedes están muertos y vos ni aunque te vayas para ha’aretz (tierra de Israel) vas a seguir vivo”. Continuaba: “Por tus hijos persuadila. Ya nos bancamos bastante las pelotudeces y tenemos medios y tiempo para mandarlos al país de los fantasmas. Mirá que de México les tienen unas ganitas... Cuidate Pajarito y cuida a tu familia, que papá Jaime no va a poder devolvértela entera, a él también le queda poco”.
La jueza Sandra Arroyo Salgado investigaba entonces una maniobra de inteligencia paralela a la ex SIDE que había publicado en la página web Leakymails los correos electrónicos de funcionarios del Gobierno. Mientras avanzaba en la causa, comenzaron las amenazas vía mail, que originaron que la jueza iniciara otra causa en el Juzgado Federal Nº 9. Allí se presentó el jueves 29 con el ejemplar de la revista Noticias y un agujero negro en la frente de Nisman. Ayer, este diario informó que de esa forma salteó a la fiscal Viviana Fein y metió a la Justicia Federal con un pie en la investigación por la muerte de su ex esposo.
Otros mails que constan en la causa están dirigidos a la cuenta oficial de su juzgado, y apuntan directamente a la ex SIDE. “Este es el tipo que le maneja las finanzas a AHS (por Antonio Horacio Stiuso) y la merca. Empezamos a quemar gente”, le escribieron en abril de 2012. Se referían a uno de los supuestos laderos de Stiuso.
Otro mail incluía una lista con las “últimas compras de Jaime Stiuso”, y el mensaje: “¿Va a hacer algo?”. “Teléfonos de Stiuso y su banda”, “teléfono de Arroyo Salgado y vínculos con la SIDE”, son otros de los mensajes amenazantes.
En el expediente consta que quienes enviaron todos los mails de amenazas utilizaron distintas cuentas con el mismo dominio: hushmail.com. Cuando la Justicia investigó de dónde provenía, llegaron a Canadá. El servidor está en ese país, pero las autoridades todavía no contestaron si pueden identificar el número de IP para llegar a un posible usuario.
