Argentina tendrá un muro contra el narcotráfico, pero no será de concreto. Desde el lunes pasado, la Policía Federal implementa un nuevo sistema que funcionará como “una pared de contención” en las ciudades más comprometidas. Se trata de 31 nuevas delegaciones que dependerán de la Superintendencia de Drogas Peligrosas, a cargo del comisario mayor Néstor Roncaglia.
El proyecto, que fue elaborado por la Federal en conjunto con la Secretaría de Seguridad de la Nación, se basa en las rutas que utiliza el narcotráfico para distribuir drogas en todo el territorio y, a la vez, traficar hacia otros países. El plan se articula con la emergencia de seguridad decretada por Mauricio Macri y el paquete de leyes antidrogas que presentará el Gobierno.
Chaco (especialmente Sáenz Peña), Concordia (Entre Ríos), El Dorado (Misiones) y Campana (Buenos Aires), son cuatro de los puntos que tendrán mayor atención de los detectives de Drogas Peligrosas. El mapa incluye también delegaciones en otras 19 provincias, desde Orán al norte hasta Ushuaia al sur .
Si bien el nuevo ordenamiento está siendo implementado de forma progresiva, los traslados del personal policial provocaron una demora en los juzgados federales. Si bien, en los Tribunales de Comodoro Py creen que la reforma era necesaria y es bien considerada, algunos expedientes se frenaron de forma momentánea. Los nuevos agentes designados deberán ponerse a punto sobre el funcionamiento de la organizaciones y los territorios a investigar.
Una de las deficiencias a las que se enfrentan los detectives antinarcóticos es la carencia de vehículos, presupuesto y tecnología pero la secretaría comandada por Eugenio Burzaco se comprometió a equipar con todo lo necesario al área.
La Superintendencia de Drogas Peligrosas incluyó, entre otras, las áreas de “capacitación en la lucha contra el narcotráfico”, “precursores químicos y drogas emergentes”, “lavado de activos” y “análisis y prospectiva del narcotráfico”.