El anuncio de Miguel Ángel Pichetto como compañero de fórmula de Mauricio Macri de cara a las elecciones presidenciales no desentonó con el esperado acuerdo entre el Frente Renovador de Sergio Massa, el PJ y el kirchnerismo. Fue Peronismo Puro, con un candidato inesperado—aunque Gustavo González lo había anticipado en una de sus columnas dominicales para PERFIL— que supo estar con todos y hoy garantiza a la lesionada coalición oficialista una imagen de “amplitud” dialoguista.
Es llamativo que Cambiemos, alianza liderada por el Pro y que busca posicionarse como parte de “lo nuevo”, elija a uno de los ejemplos emblemáticos de la “vieja política” para acompañar a Macri en lo que podría ser una de las elecciones más reñidas de las últimas décadas. En una columna titulada “Una bomba de tiempo”, Jaime Durán Barba analizaba la fórmula Fernández-Fernández y explicaba que es inviable un vicepresidente con personalidad fuerte. “En todos los países hay personajes como Alberto Fernández que se dedican a ‘hacer política’, buscar apoyos para candidatos, formar mayorías. Todos tienen mala imagen. Son necesarios para el funcionamiento de la democracia, pero la gente los cree corruptos, sobre todo si han ido de un lado al otro”, agregaba en su columna para PERFIL.
Quién es Miguel Ángel Pichetto, el peronista de las mil caras
Que el futuro político de Macri y del Pro como partido están en juego no genera dudas, como tampoco que el resultado electoral será muy finito. Después de más de tres años de terquedad, el equipo de Macri reaccionó políticamente en los últimos meses, anunciando medidas para incentivar el consumo y congelar la inflación, como también proponiendo un pacto social para sacar al país de la crisis. Todas esas medidas parecían contradecir paradigmas fundamentales del Pro (como el libre funcionamiento del mercado), pero la decisión de pactar con el peronismo, o una parte de él, parecería el mayor acto de pragmatismo del equipo electoral de Macri frente a una situación de emergencia. Ya le atribuyen la movida al ministro del Interior, Rogelio Frigerio mientras dicen que le resta poder a Marcos Peña. Veremos si esto último es tan así.
Pero, ¿es Pichetto un candidato a vice con personalidad fuerte? Viene siendo crítico del macrismo, aunque aportó quórum y votos en varios proyectos de ley clave para el oficialismo. Fustigó a Cristina cada vez que pudo, pero fue funcional al Frente Para la Victoria en sus principales ambiciones políticas, desde la Ley de Medios hasta la frustrada 125. Si Macri fue pragmático convocándolo como vice, Pichetto fue estratégico en el intento de construir una tercera vía con Roberto Lavagna, Juan Schiaretti, Juan Manuel Urtubey y el mismo Massa. La propia incapacidad para lograr acuerdos—aunque supuestamente eran una coalición de consenso y dialogo—llevó al vaciamiento de Alternativa Federal que hoy contaría con un caudal de votos mínimo.
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Obviamente Pichetto no suma votos, como tampoco lo hace Alberto. Pero cuenta con el apoyo de los principales referentes radicales y fue “la mejor peor opción” ya que tanto Urtubey como Ernesto Sanz se negaron a compartir fórmula con el Presidente. Garantizaría gobernabilidad y podría atraer a sectores peronistas hoy alineados con el cristinismo—que hace tan poco decían ser parte de Alternativa Federal—. Muestra amplitud política, como reclamaban tanto los radicales como el Círculo Rojo, y parece alineado ideológicamente en temas de política internacional, seguridad e inmigración.
Y, si miramos a su pasado político como jefe de la bancada justicialista en el Senado, responde a la visión de Durán Barba de un vice obediente. Quizás esa sea la explicación.
