El peronismo es un movimiento y como tal engloba a corrientes contradictorias. Nadie puede olvidar que durante el regreso de Perón al país, los montoneros se enfrentaron a la derecha peronista en lo que pasó a la historia como la Masacre de Ezeiza.
Lejos quedaron estos tiempos de un peronismo enfrentado, el kirchnerismo amalgama de izquierda a derecha (y viceversa) al arco del PJ. Un poco de esto pudo verse este mediodía en el Congreso de Parque Norte, donde se trato la normalización partidaria.
Carlos Kunkel, el diputado ultracristinista, aceptó salir en un móvil de TV, sólo si en imagen se veía a una de sus protegidas en la cámara de Diputados, María del Carmen Rico, la hija del ex militar carapintada.
La alianza con Rico no es nueva (aunque no por eso no deja de llamar la atención), María del Carmen es diputada por el Frente para la Victoria, ingresó a la Cámara baja de la mano del Duhaldismo.
Hace un tiempo, el presidente del radicalismo, Gerardo Morales, había remarcado este oximorón: “El apoyo de un kirchnerista paladar negro, como es el diputado Kunkel, hacia Rico nos da otra prueba del sustento ideológico del partido del Gobierno”, dijo. T ransversalidad K en su máxima expresión.
