La Iglesia se convirtió en un actor central en el conflicto social y económico que atraviesa Santa Cruz. Ayer, el obispo Miguel Angel D’Annibale le advirtió al gobierno de Alicia Kirchner –aunque sin nombrarla– que el problema “no puede ser ignorado o disimulado”. Y solicitó, con palabras de los Evangelios, que los políticos se hagan cargo de la situación. En un texto muy duro, consideró que hay sectores de la sociedad que comienzan a ser “material de descarte”.
Pero la Iglesia no sólo hizo pública su posición, también convocó a una oración masiva en la puerta de la Catedral en Río Gallegos, que se hará hoy por la tarde.
“Asumir el conflicto es tomar conciencia de que es necesario abrir más y más el diálogo, que hay que convocar a las partes de este conflicto, sentarse alrededor de la mesa, exponer la verdad de los hechos y buscar unidos un camino para reconstruir lo dañado”, explicó en la carta el obispo.
La mesa de diálogo, precisamente, era un acuerdo al que llegaron el gobierno nacional con el provincial. Sin embargo, todo estaba atado –incluso el préstamo millonario del Banco Nación– a la presentación de un plan fiscal que expondría los pasos que iba a seguir la gobernadora para equilibrar las cuentas.
Según fuentes del Ministerio del Interior, ese plan nunca llegó a la Casa Rosada. “Ahora la pelota la tienen ellos”, dijeron las fuentes consultadas por este diario. El kirchnerismo está negociando que el Banco Nación le otorgue un préstamo de 800 millones de pesos para apagar el incendio. Santa Cruz no tiene un cronograma de pagos establecido para los empleados estatales, que la mayoría de las veces terminan cobrando el sueldo a mes vencido y de manera incompleta.
Situación. Hay paro docente, la Justicia tiene los plazos procesales suspendidos y el sistema de salud está colapsado porque la cadena de pagos está afectada y eso impacta en la obra social de la provincia. Al reclamo fuerte de la Iglesia se le suma el de los gremios, que preparan un gran acto para el lunes, Día del Trabajador, frente a la Gobernación.
Mientras tanto, la gobernadora Kirchner sigue trabajando en la posibilidad de colocar un bono de 350 millones de dólares en el exterior para financiarse y tener espaldas para soportar el conflicto a largo plazo. El Gobierno nacional tiene pensado, de todos modos, lanzar un salvataje a tres años para que la ayuda no sea mensual sino planificada para superar este conflicto.
La espuma de los hechos violentos bajó, sin embargo, Alicia Kirchner denunció ante la Justicia los hechos del sábado pasado, cuando un grupo de personas intentó entrar por la fuerza a la residencia oficial, en la que estaban ella junto a la ex presidenta Cristina Kirchner. Ese día hubo represión policial y algunos heridos para impedir que los manifestantes ingresaran a la casa de la gobernadora.
Tanto en el kirchnerismo como en el macrismo reconocen que hay sectores radicalizados buscando canalizar la bronca de la clase media por la falta de pago de los salarios. La situación dependerá del avance en las negociaciones para conseguir financiamiento que lleva adelante la administración kirchnerista de Santa Cruz.