El apoyo de Mauricio Macri y Patricia Bullrich a Javier Milei logró algo impensado, en especial, tras las PASO: una división muy fuerte al interior del PRO que alcanzó a toda su dirigencia, más los gobernadores e intendentes que tendrán cuatro años más para gobernar.
En ese marco, el martes por la tarde noche, Waldo Wolff fue el primero en expresar a viva voz su apoyo al libertario en los estudios de LN+. El otro fue Javier Iguacel, pero por redes sociales. Hasta allí eran dos voces. Pero todo cobró fuerza ese día a la noche cuando Macri convocó a Milei a su casona en Acassuso y cerró el apoyo de Bullrich.
En este contexto, Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal fueron los primeros en negarse a aceptar un acuerdo, al igual que Jorge Macri, ya electo como jefe de Gobierno, y el gobernador de Chubut, Ignacio “Nacho” Torres, cuando se reunieron el miércoles pasado en el departamento de Bullrich, unas horas después del encuentro en la casa del expresidente.
Lo que ocurrió a partir de allí fue una serie de expresiones individuales que se dividieron en dos: por un lado los líderes territoriales, tanto intendentes como gobernadores –que ya conformaron una Liga por JxC que suma diez mandatarios– decidieron abstenerse de elegir entre Milei y Massa. Los intendentes más aún: no quieren pronunciarse.
Es el caso de Rogelio Frigerio de Entre Ríos –quien coordinó acciones con otros actores del PRO como el reelecto intendente de Mar del Plata, Guillermo Montenegro– o el de los intendentes Diego Valenzuela (Tres de Febrero) o Sebastián Abella (Campana) optaron por lo mismo: no jugar a fondo por nadie. Mismo caso para uno de los flamantes intendentes del PRO: Marcelo Matzkin de Zárate.
Por su lado, muchas figuras se acoplaron a Macri y Bullrich. Desde el excandidato a gobernador bonaerense, Néstor Grindetti –quien se pronunció el jueves– a Cristian Ritondo, jefe del bloque del PRO, quien planteó en LN+: “El votante nuestro quiere votar a Milei. Tenemos que salir del ‘no me meto’”.
Diego Santilli en estas horas dará su apoyo a LLA en consonancia con los dirigentes bonaerenses territoriales y otras figuras aliadas.
La abstención de los líderes territoriales tiene un anclaje, por caso, con los intendentes bonaerenses. Lo alertó Grindetti el miércoles a media mañana en el departamento de Bullrich: “Ojo, porque Kicillof está llamando uno por uno a los nuestros, y él ya fue electo”, les dijo. Y así fue: toda la semana el gobernador bonaerense tendió puentes con varios de ellos. “Es una nueva etapa”, les expresó a todos, según pudo saber PERFIL.
Es el mismo argumento que aplicaron los gobernadores. Prefieren esperar. Incluso los radicales, más cercanos a Massa incluso, decidieron que, gane quién gane, lo mejor para negociar con un futuro gobierno nacional era mantener una Liga de Gobernadores con poder que les permita ir en bloque a destrabar temas de gestión, dar sus votos en el Congreso o dirimir alguna cuestión con la Nación.
Con todo, por estas horas Ritondo logró que no haya un quiebre del bloque del PRO. “Cada uno individualmente puede plantear a quién quiere votar”, fue la orden que les dejó a los diputados de la bancada que están bajo su conducción. Se espera que, por redes sociales, progresivamente ocurra.