POLITICA
miran hacia la ex side

La oposición apunta a los espías que trabajan para el Gobierno

Luego del reacomodamiento oficial, dirigentes opositores lo vinculan con la interna de inteligencia: Parrilli, Milani y Pocino.

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¿Quién mató al fiscal Alberto Nisman? Esa es la pregunta sin respuesta que mantiene en vilo al país. Cada vez con menos asidero la versión de un suicidio, gran parte de la dirigencia política ya decidió cerrar su respuesta: los servicios de inteligencia son los responsables. Esa es la lectura que hoy más impera, conociendo la puja de poder que se vive en esos sectores, que trabajan a escondidas de la sociedad.

Sin embargo, las diferencias entre los políticos surgen a la hora de definir cuál de los sectores es el responsable. El Gobierno ya decidió apuntar a Jaime Stiuso, insinuando que está detrás de todo el plan, que se habría iniciado con la denuncia por encubrimiento y terminado con la muerte del fiscal. “La verdadera operación contra el Gobierno era la muerte del fiscal después de acusar a la Presidenta, a su canciller y al secretario general de La Cámpora de ser encubridores de los iraníes acusados por el atentado terrorista a la AMIA”, escribió Cristina Kirchner en su segunda carta publicada en Facebook. El razonamiento es que el antiguo hombre fuerte de la Secretaría de Inteligencia (SI) buscó “tirarle un muerto a Cristina” por haberlo desplazado de la institución donde acumuló poder durante los últimos treinta años. Poder que durante más de diez años usufructuó el Gobierno.

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Eso implicaría que Stiuso estaría rompiendo así una relación de años que mantuvo con Nisman, con quien trabajó codo a codo en la elaboración de las pruebas de la causa AMIA y la acusación a los iraníes.
Las reuniones y conversaciones se repitieron incansablemente esta semana en el mundillo político. Todas en persona, casi nunca al teléfono. El temor de caer en escuchas telefónicas, que existe siempre, se vio exacerbado estos días. Entre esas charlas corrió la versión de que incluso los servicios de inteligencia estadounidenses, con sede en la Argentina, comenzaron la semana teniendo en su hipótesis A. a Stiuso como responsable. Así se lo relataron a PERFIL dos fuentes con acceso a esas reuniones.

Hipótesis B. Sin embargo, gran parte de la oposición duda de esa hipótesis. “Es demasiado conveniente para ellos”, esgrimen, a la vez que ponen la mira en cómo surge la información en torno al caso. En ese sector no descartan que la responsabilidad recaiga en el área de la inteligencia, que quedó con más poder luego de los cambios dictados por Cristina a mediados de diciembre.
Se refieren al grupo que encabeza el director de Reunión Interior, Fernando Pocino, que luego de los desplazamientos resultó victorioso en la histórica interna que mantuvo con Stiuso en la Secretaría de Inteligencia. Esa porción también es liderada por otras dos caras visibles: Oscar Parrilli y César Milani. El primero asumió la conducción del organismo hace un mes y debió lidiar con agentes revolucionados por los cambios. El jefe del Ejército, en tanto, fue acumulando poder en los últimos años, cuando la Presidenta decidió comenzar a privilegiar y confiar en los trabajos de inteligencia realizados por su equipo. Así, le sumó año a año más presupuesto, muy por encima de los porcentajes de aumento que recibía la SI.

La dificultad, en una y otra hipótesis, es que la dirigencia esgrime esas hipótesis sin mostrar pruebas que las fundamenten. En el mejor de los casos, se sustentan en información privilegiada de dudosa procedencia; en el peor, son meras
especulaciones.