Los distintos gobernadores y dirigentes de la oposición que participaron de la negociación con el gobierno nacional por el presupuesto de 2019 no están dispuestos a mostrar un acuerdo antes del 15 de septiembre, fecha en la que se vence el plazo para presentar el proyecto en el Congreso. “Que manden un dibujo cualquiera y lo discutimos en las cámaras”, comenzaron a decir en las últimas horas, tras la corrida cambiaria.
Los dirigentes aseguran que todo lo discutido hasta ahora quedó en la nada después de la crisis económico-financiera. “Primero tienen que parar la corrida cambiaria, mostrar un programa económico y después ir a Diputados. Están empecinados en mostrar un acuerdo por el presupuesto, nosotros no podemos aprobar algo hoy que vuelve a cambiar en una semana”, reconoce un diputado del Bloque Justicialista.
La oposición teme que, desde el FMI, se exija “déficit cero”. Si esto sucede, los legisladores ya hacen cuentas, y aseguran que en vez del recorte de $ 300 mil millones, querrán avanzar con una reducción de gastos por $ 600 mil millones.
Los gobernadores mantuvieron el chat abierto. Los mandatarios del norte dieron el peor escenario al asegurar que en sus territorios ya prevén faltante de mercadería. Además, temen una “rebelión fiscal”.
A la espera de una nueva propuesta de la Rosada, el debate se concentrará además entre “el gasto” y “los ingresos”. Los opositores pelearán por aumentar la recaudación para balancear las cuentas ante los recortes, algo que la Rosada descartaba hasta la semana pasada, pero que comienza a aceptar discutir ante la posibilidad de que el Fondo requiera un mayor esfuerzo fiscal.
“La prioridad es seguir trabajando sobre gastos y no sobre ingresos”, dicen desde el Ministerio de Hacienda. Pero ante la crisis cambiaria, en el Gobierno ya admiten: “Queremos dejar un gap en caso de que necesitemos un mayor esfuerzo fiscal por el adelantamiento de los fondos. Es probable que algo más nos exijan y lo queremos contemplar con un crecimiento de ingresos”. Panorama distinto al que existía cuando se empezó a discutir el Presupuesto 2019, cuando decían que “no hay margen para subir impuestos”.
El sector más duro de los gobernadores, como el tucumano Juan Manzur, Rosana Bertone (Tierra del Fuego), Carlos Verna (La Pampa), Gildo Insfrán (Formosa) junto a los diputados liderados por Sergio Massa buscan poner sobre la mesa avanzar con las retenciones a la minería, postergar la rebaja a los impuestos de ganancias en balances y aumentar Bienes Personales a todos los que tienen más de 5 millones de dólares. “Todo está en discusión”, responden en la Rosada.
El bloque de Massa dejó de ser un aliado con el que la Rosada cuenta fácilmente. Admiten recortes pero advierten: “Tenemos propuestas para la reducción del gasto como recortar el 25% de los cargos jerárquicos que agregó Macri o recortar los gastos de comunicación de la Jefatura de Gabinete”. En la oposición aseguran que Marcos Peña está detrás de la campaña que acusa al peronismo de planificar un golpe de Estado. Más allá del esfuerzo oficial, no se los notó muy convencidos a los diputados Emilio Monzó y Nicolás Massot de defender los números del Gobierno en la cena que compartieron diez días atrás con Massa y Randazzo.