Aunque hoy quedaron guardados en el archivo simbólico que agrupa a lo peor de la crisis, las cuasi monedas fueron una realidad hace una década: sueldos, hipódromos y falsificadores se valieron de patacones o Lecop en un país que llegó a tener 14 variantes a la vez.
Según los registros oficiales, estas cuasi monedas –ideadas por gobiernos provinciales para pagar sueldos– alcanzaron a equivaler unos 7.600 millones de pesos. Circularon fuertemente en 2001 y 2002, durante lo peor de la crisis, pero permanecieron en algunas billeteras hasta 2006.
Cruzando la frontera. Los patacones, emitidos por la provincia de Buenos Aires, terminaron como los más exitosos en términos de aceptación. Llegaron a emitirse 3.317 millones y, además de mantener cierta paridad con el peso, fueron recibidos fuera de las fronteras bonaerenses, con más beneplácito incluso que los Lecop.
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